El BCE mantiene los tipos y el euro cae al mínimo del año
El consejo de gobierno del BCE no sólo no bajó los tipos ayer -como ya había adelantado su presidente, Wim Duisenberg, el martes en Estrasburgo-, sino que también excluye hacerlo "por un tiempo". La observación de Duisenberg parece excluir que haya un nuevo movimiento antes de finales de agosto. Antes de la reunión, el euro había caído hasta 0,837 dólares, el precio más bajo de todo este año y desconocido desde noviembre, empujado también en parte por los alarmantes síntomas de estancamiento económico en Alemania.
Como admitió él mismo, las declaraciones de Duisenberg en buena parte fueron idénticas a su intervención el martes ante el Parlamento Europeo. Sin embargo, en esta ocasión dejó entrever que la resistencia a bajar una vez más los tipos (después del sorpresivo movimiento de inicios de mayo, del 4,75% al 4,5%) podría ser más duradera de lo previsto por muchos observadores. "La actual postura de la política monetaria sigue siendo apropiada por un tiempo", dijo Duisenberg ayer.
"Nuestras estimaciones nos indican que la inflación caerá por debajo del 2% en el curso del próximo año, pero sólo a duras penas. Estas expectativas están basadas en la actual postura monetaria. Si la cambiásemos, con toda probabilidad no alcanzaríamos esta meta", explicó después. El BCE define el 2% de inflación como la cota máxima para hablar de la estabilidad de precios que es su principal cometido garantizar.
El camino para llegar a este nivel, por lo demás, "será accidentado". En línea con lo que prevén todos los expertos, Duisenberg estimó ayer que los precios en la zona euro habrán bajado "sustancialmente" en junio -frente al máximo del 3,4% de mayo-, pero al mismo tiempo alertó que los meses venideros se caracterizarán por una gran volatilidad originada en efectos estadísticos, entre otras cosas.
Asimismo, el presidente de la autoridad monetaria tuvo que constatar que el crecimiento de la masa monetaria se situó en un 4,9% como media entre marzo y mayo, cuatro décimas por encima del 4,5% que se ha propuesto la autoridad monetaria. Sólo si de esta tasa se descuentan algunas distorsiones originadas en instrumentos del mercado de divisas en posesión de residentes por fuera del área euro se alcanza un nivel "acorde al nivel de referencia".
El Banco Central Europeo también teme que la puesta en circulación del euro podría presionar al alza los precios. En este sentido, el vicepresidente de la autoridad monetaria, Christian Noyer, pidió ayer a que tanto la Administración pública como la empresa privada siga el ejemplo de los Gobiernos nacionales, que se han comprometido a que los precios, tarifas y comisiones bajo su responsabilidad no se eleven (o más bien se redondeen a favor de los consumidores) antes y durante de la conversión de las monedas nacionales en euros.
El dólar, a 198,7 pesetas
En parte empujado por la decisión del Banco Central Europeo, y en parte por la constante aparición de síntomas de nueva desaceleración de la economía europea, especialmente en Alemania, la divisa europea prosiguió ayer con su depreciación. Se cambió ayer por debajo de 0,84 dólares, y llegó a su precio más barato desde el primero de enero. Se cambió a 0,8371 dólares, lo que supone que la divisa americana valía ayer 198,76 pesetas.
El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, por su parte, acordó mantener sin variación los tipos de interés en el 5,25%, anunció el instituto emisor británico, al terminar su reunión.
"El potencial de la divisa no es
un lema vacío"
"Yo no puede explicar siempre las razones del nivel del euro en un momento determinado", afirmó ayer Duisenberg, quien, de todas formas, constató que "la tendencia a que el euro permanezca en niveles en torno a 84 o 85 centavos por dólar lleva ya tres o cuatro meses". Ello ha sucedido pese a que se hayan "revertido" los factores que explicaban esta depreciación (el diferencial de tipos, por ejemplo). De todas formas, Duisenberg volvió a afirmar que "el euro tiene potencial de apreciación". "æpermil;ste no es un lema carente de contenido", agregó, como insinuando que la autoridad monetaria aún se trae algo entre la manga.
Duisenberg apenas la semana pasada había afirmado que la "depreciación del euro ha finalizado". Los mercados de divisa, sin embargo, ayer se encargaron de mostrar lo contrario: tras los malos datos del paro en Alemania, dados a conocer por la mañana, el euro se desplomó hasta por debajo de los 84 centavos por dólar, su menor nivel desde noviembre de 2000. Sólo por la tarde, la moneda única se volvió a apreciar un poco. Duisenberg admitió ayer que un "mínimo efecto sobre la tasa de cambio" podría proceder de la gran cantidad de marcos alemanes que se están cambiando en Europa del Este y del dinero negro que está aflorando también en otros países.