El real brasileño y el peso chileno se ven arrastrados por el temor de los inversores
La crisis argentina se ha contagiado a Chile y Brasil, que ha visto como sus divisas sufren una constante depreciación aunque con efectos opuestos.
El peso chileno llegó a registrar ayer el sexto récord consecutivo en su cotización frente al dólar hasta alcanzar las 640 unidades por divisa estadounidense frente a las 635 del día anterior. En lo que va de año, la divisa chilena se ha depreciado un 10%.
De momento, las autoridades chilenas se muestran tranquilas ante la situación. El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, aseguró que la actual cotización del peso favorece las exportaciones, lo que puede contribuir a reactivar el débil crecimiento chileno. Además, de momento la inflación se mantiene bajo control (los precios crecieron el 0,1% en junio) porque los comerciantes no han trasladado a precios el mayor coste de las importaciones dada la debilidad de la demanda interna. No obstante, Eyzaquirre reconoció que la inflación es un peligro latente.
En el caso de Brasil, la inestabilidad contagiada de Argentina ha venido a sumarse al racionamiento energético y la crisis política que atraviesa el país. El real se depreciaba ayer a media sesión un 1,91% respecto al día anterior hasta alcanzar los 2,40 dólares por unidad. Desde principios de año, el banco central de Brasil ha intervenido en repetidas ocasiones en el mercado para tratar de frenar la depreciación de la divisa.
En este caso, la autoridad monetaria se ha visto obligada a subir los tipos de interés (hasta el 18,25%) para intentar paliar las tensiones inflacionistas derivadas de la caída del real. La entidad ha reconocido que la inflación se situará en la parte alta del objetivo fijado para este año (6%), aunque en mayo los precios ya registraron un crecimiento del 7,04%.
Este factor se suma a las peores perspectivas de crecimiento por la crisis energética, que según las previsiones reducirán el incremento del PIB a la mitad de lo inicialmente estimado (4,2%).
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunció ayer un plan de inversiones en fuentes alternativas de energía para hacer frente a la crisis, aunque para cuando se materialicen la economía ya habrá sufrido los efectos de los cortes de luz.