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Las siderúrgicas obtienen la licencia de Economía para comercializar gas

Las compañías siderúrgicas integradas en Unesid, Atlantic Cooper, el grupo Uralita y la distribuidora extremeña Dicogexsa han acelerado el paso para sumarse a la lista de operadores en el mercado del gas. Comercializadora Sideribérica de Gas, la agrupación de interés económico en la que participan, va a iniciar las negociaciones con compañías nacionales e internacionales del sector para que le suministren 1.200 millones de metros cúbicos de gas (1,2 bcm), fundamentalmente para autoconsumo. Y no descartan conseguir más adelante un contrato global que incluya la electricidad.

Parte de la industria básica española ya se ha puesto las pilas para buscar sus propias fuentes de suministro de energía, al menos en lo que al gas natural se refiere. La concesión de la licencia de comercialización el pasado 30 de mayo a un grupo de empresas siderúrgicas, de construcción y del sector de la minería les ha abierto las puertas para negociar en condiciones diferentes con las compañías propietarias de gas o las que controlan grandes contratos.

La evaluación ya está hecha. El grupo de empresas que ha constituido Comercializadora Sideribérica de Gas estima que las necesidades anuales del citado hidrocarburo para alimentar sus procesos productivos se sitúan en 1,2 bcm anuales, una cantidad que, en términos comparativos, supone el consumo total de gas en el País Vasco. Y el proceso está abierto. La factura de gas natural del conjunto de empresas que forman esta asociación se acerca a los 30.000 millones de pesetas cada año. A esta cantidad habría que sumar otros 60.000 millones de pesetas en concepto de consumo de electricidad.

Con esta capacidad de compra, las sociedades que integran Comercializadora Sideribérica de Gas quieren ir cerrando los acuerdos de suministro, fundamentalmente para ese elevado consumo propio. Las cantidades restantes se colocarían en el mercado, según medios cercanos a estas empresas.

Las negociaciones ya se han iniciado. Grupos como Fenosa Gas, Gas Natural o Endesa, entre otros, se han acercado a los promotores de esta sociedad para, en algunos casos, no perder un buen negocio o bien para iniciar una relación comercial hasta ahora inexistente. La puerta se ha abierto también para suministradores extranjeros como es el caso de las grandes energéticas europeas: Shell, BP o ENI.

Comprar electricidad

Fuentes del sector aseguran, sin embargo, que la estrategia de este grupo de empresas vinculadas al sector de la construcción del acero y de la minería va más allá. Su política de negociación de compra de gas se podría incluir en un paquete energético global, del que formaría parte la compra de electricidad.

Las compañías del sector eléctrico, con intereses en el gas, no quieren perder un buen nicho de negocio sobre todo cuando la liberalización del mercado está definida, aunque todavía su apertura no ha hecho más que empezar.

Por su parte, Gas Natural que se ha convertido ya en la quinta eléctrica española y la primera comercializadora, tras las cuatro empresas integradas: Endesa, Iberdrola, Fenosa y Cantábrico, y también tiene programado la prestación de servicios de forma conjunta. Y tanto ahora a empresas como después a consumidores domésticos.

Este marco ha motivado a Comercializadora Sideribérica de Gas a buscar sus propios recursos. Pero sus aspiraciones están igualmente dibujadas. Y no tiene intención de optar a formar parte del accionariado de Enagas, en el proceso abierto por Gas Natural para dar entrada a nuevos socios en su capital. Eso sí, pretende estar en la puja por el reparto del contrato del gas de Argelia con el fin de garantizarse una fuente más de suministro.

Liberalización energética

Precisamente una de las aspiraciones de los principales socios de Comercializadora Sideribérica de Gas es rebajar su factura energética, una cuenta con un importante peso específico en su lista de gastos. En las conclusiones hechas públicas por la patronal siderúrgica Unesid celebrada a principios de esta semana en Madrid, se puso de manifiesto la necesidad de que la liberalización en España, a pesar de su desarrollo, no está generando precios competitivos en el mercado para los sectores básicos.

En esta línea, Unesid, tras la reuniones mantenidas con los diferentes agentes implicados (consumidores, generadores y suministradores), abogó por un exceso de oferta de generación y transporte para garantizar la competencia. A la vez apostó por acelerar conversaciones para liberalizar el mercado energético a nivel europeo y por llegar a acuerdos con el objetivo común de garantizar la competitividad de proveedores y clientes "a través de la creación de un mercado energético realmente abierto y competitivo".

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