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La población sube 36.608 personas en 2000 por el avance de los nacimientos

El crecimiento vegetativo de la población en España llegó a 36.608 personas, la cifra más alta de los 10 últimos años, debido al fuerte incremento de los nacimientos en el año 2000, que llegaron a 395.756. Las defunciones descendieron a 359.148. La tasa bruta de natalidad llegó a 9,91¿, según el movimiento natural de población, y la de fecundidad repuntó hasta 1,23 hijos por mujer en edad fértil.

En los dos últimos años se ha producido un repunte en la población española nativa como consecuencia de una pequeña recuperación de las tasas de natalidad y fertilidad, en parte propiciada por la presencia de mujeres inmigrantes con tasas más altas.

En el año 1998 la población española estuvo al borde del estancamiento, con un crecimiento de sólo 4.682 personas, tras nacer 365.193 personas y fallecer 360.511. Pero se produjo una ligera recuperación en 1999, con avance vegetativo de 7.386 personas, y más abultada en 2000, con 36.608 personas.

Este incremento, que no se registraba desde hace 10 años, ha estado impulsado por un importante avance en los nacimientos, así como por un ligero descenso de las defunciones. Los nacimientos han llegado a 395.756, cantidad desconocida en los 10 últimos años, con un crecimiento cercano al 5%.

En el comportamiento de esta variable han influido, además de la presencia de un colectivo de mujeres inmigrantes cada vez más grande, el avance de los matrimonios en 2000 (con 209.854), así como una pequeña aceleración imputable a la llegada del año 2000, no despreciable, según los demógrafos.

Estadística no desglosa el número de nacidos en 2000 de madre extranjera, pero admite el efecto sobre la natalidad de este colectivo y recuerda que en el año 1997 nacieron de madre extranjera 13.500 personas y en 1998, 14.800.

En total, el número de nacidos aumentó en 17.947 sobre los registrados en 1999. Con este avance la tasa de natalidad bruta llegó a 9,91¿, frente al 9,58¿ en 1999. Esta tasa está por debajo del 10¿ prácticamente en los 10 últimos años.

La tasa de mortalidad descendió a 9¿; esta variable ha subido desde el 7,77¿ de 1981, como consecuencia de la fuerte concentración de población en edades muy altas, del estrechamiento de la base de la pirámide de población.

En 2000 fallecieron 359.148 personas. Hace 25 años, en 1976, la tasa de natalidad bruta estaba en 18,85¿, mientras que la de mortalidad superaba ligeramente el 8¿; como consecuencia, los nacimientos llegaban a 677.456 y las defunciones a 299.007, lo que arrojaba un aumento vegetativo de la población de 378.449, casi 11 veces más que en 2000.

Balance por comunidades

En el año 2000 el movimiento natural de población registró pérdida vegetativa de habitantes en siete comunidades autónomas. El mayor descenso se produjo en Galicia, con una pérdida de población de 9.288 personas. Perdió también población Castilla y León, Aragón, Asturias, Cantabria, País Vasco y Rioja. Los mayores aumentos se producen Andalucía (20.467 personas), Madrid, con 18.040 personas de aumento, y Cataluña, con 6.456.

En casi todas las comunidades autónomas con pérdida vegetativa de población se ha disparado la tasa de mortalidad por encima del 10¿ (muy cerca del 12¿ en Asturias).

Las tasas de natalidad más altas se registraron allí donde se produjo un avance más fuerte de la población; superó el 11¿ en Andalucía, Baleares, Canarias, Madrid y Murcia.

Pese a este comportamiento tan modesto en el crecimiento de población nativa, el Instituto Nacional de Estadística ha modificado sus proyecciones demográficas para los próximos años y admite un crecimiento de más de cuatro millones de personas en los próximos 20 años.

Lógicamente, este avance demográfico es imputable casi en su totalidad al aumento de la inmigración, con flujos netos de entradas superiores a las 200.000 personas hasta 2004, y de 160.000 cada año a partir de ese ejercicio.

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