La cúpula del BSCH acelera los contactos para cerrar la fusión
La cúpula del BSCH ha intensificado sus contactos y, desde el miércoles, su objetivo se centra en consensuar el futuro modelo del BSCH que dé por cerrada la fusión. El interés de sus responsables, el Gobierno y del Banco de España se ha convertido en una carrera contrarreloj. El 23 de julio tienen previsto presentar un acuerdo al consejo. Aunque pretenden cerrar la crisis en dos semanas.
El denominado G-4, integrado por los máximos responsables del BSCH -Emilio Botín, José María Amusátegui, Ángel Corcóstegui y Matías Rodríguez Inciarte- han intensificado sus contactos y trabajan en estos días contrarreloj. Han decidido olvidarse del calendario institucional que marcaba el lunes (si las agendas coincidían) como día para reunirse y tratar la marca del día a día del banco y han optado por mantenerse en continuo contacto para diseñar un modelo que cierre definitivamente la fusión del BSCH. El tiempo se ha convertido en su enemigo. Pretenden llegar a un acuerdo antes del próximo consejo del 23 de julio.
Fuentes de la entidad mantienen que el objetivo es llegar a un consenso entre los miembros del G-4 en los primeros días de julio. Conocedores del interés del Gobierno y el Banco de España para que esta crisis se resuelva lo antes posible (el interés es lógico, el BSCH es el primer banco español), están dispuestos a acelerar sus contactos. "El talante ha cambiado. Desde el viaje a Puerto Rico (donde Botín y Corcóstegui aprovecharon para mantener una larga conversación) el espíritu es otro y las tensiones se han suavizado", comentan en el banco.
A pesar de todo, los principales escollos del problema: unificación de redes y marca única, organigrama y consejo siguen sobre la mesa sin visos de un pacto inmediato.
Sólo los buenos resultados de la entidad hacen respirar al banco y la situación no puede calificarse de grave.
A pesar de ello, las tensiones existentes empiezan a inquietar a los analistas, que consideran que si se retrasa más la búsqueda de una solución el modelo y la estrategia del grupo pueden verse afectados. Opinión que comparten los directivos del banco, quienes reconocen que esta crisis está paralizando la estrategia de la entidad.
La posible pérdida de cuota de mercado en España (que quisieron evitar con la multimarca) ronda entre los directivos de la entidad. De momento, y según explican en la entidad, esto no ha sucedido. Hasta el pasado mes de abril el BSCH había perdido 0,5 puntos de cuota de mercado en créditos, aunque ello se debe a su decisión de cerrar el grifo en la concesión de préstamos. En depósitos han ganado 0,1 puntos, con lo que ya se empieza a detectar un estancamiento en crecimiento de este capítulo.
La unificación de marcas y de redes se ha convertido en el principal objetivo a resolver, ya que de este acuerdo dependerá el nuevo organigrama. El objetivo inicial es unificar las redes y las marcas del Santander y del BCH, y dejar al margen a Banesto. Según un estudio interno que maneja el banco realizado por McKinsey, la unificación de las tres marcas puede suponer un ahorro de casi 80.000 millones de pesetas, de los que 40.000 millones corresponderían a Banesto.
Pero estos ahorros están sujetos al cierre de unas 2.000 oficinas. Fuentes de la entidad aseguran que este número puede considerarse elevado. Banesto, con 2010 en el primer trimestre del año, ha cerrado este ejercicio 163 oficinas. La idea inicial era cerrar 300 oficinas en tres años y recortar un 40% su red en 10 años. Los plazos, sin embargo, parece que se han acortado, ya que durante 2002 el cierre puede elevarse a 200 agencias.
La unión del BCH y Santander daría lugar a un banco con 3.476 oficinas. El problema de reducir más de 1.000 oficinas esta red supondría acelerar los planes de prejubilaciones y bajas incentivadas, algo que el banco ya tiene muy ajustado, puesto que las prejubilaciones se están produciendo a los 52 años ya, según fuentes sindicales. Razón por la que este año el número de prejubilaciones puede afectar a unos 1.000 trabajadores, para ser muy inferior en los próximos ejercicios.
El adelgazamiento de los servicios centrales es otro de los objetivos. Con 6.700 empleados, la idea es reducirlos un 30%, lo que puede chocar con un cierre masivo de sucursales, aseguran fuentes sindicales.
Marca BSCH
Tampoco hay una solución en la unificación de marcas, aunque hay consenso en que la resultante sea "una marca integradora". De momento, BSCH, con los colores rojo y azul, cuenta con varias posibilidades, ya que es una marca reconocida por el mercado y consensuada en sus inicios. Pero la decisión final la tiene la cúpula del banco.
Estudios internos de la entidad, realizados por especialistas estadounidenses, avalarían esta marca. En este estudio se han barajado cinco posibilidades: BSCH, Santander Hispano, BSH, Santander Central o crear una nueva marca. Y la conclusión es que la más aceptada por ser la más integradora y conocida a la vez es BSCH.