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Gamesa negocia participar en el mayor avión del mundo

Gamesa quiere dar el salto a la primera división aeronáutica por la puerta grande. El grupo vasco, especializado en la producción de componentes para aparatos de menos de 100 pasajeros, negocia con Airbus su participación en la construcción del mayor avión comercial del mundo, con capacidad para más de 550 viajeros. La empresa vasca no quiere entrar en la guerra aeronáutica entre Europa y EE UU porque también quiere participar en los proyectos de Boeing.

El consorcio europeo Airbus es el objetivo inmediato de Gamesa. El grupo participado por Corporación IBV quiere ser uno de los constructores del aparato A-380 para pasajeros, el proyecto de la industria europea para el avión comercial más grande del mundo, en competencia con la multinacional estadounidense Boeing. La futura aeronave, con capacidad para más de 550 pasajeros y dos pisos de altura, tiene 50 asientos más que el modelo 747 de Boeing. Su producción en serie requerirá una inversión de dos billones de pesetas. La industria española participa con un 10% del proyecto, frente al 4% obtenido en anteriores inversiones de Airbus, y Gamesa aspira a cerrar el acuerdo con el consorcio europeo este mismo año. Airbus ya tiene a Gamesa en su lista de proveedores porque Fibertenic, filial del grupo de IBV, le suministra rampas de aterrizaje.

En esa guerra empresarial entre Europa (Airbus) y Estados Unidos (Boeing), Gamesa no quiere tomar parte. Pese a su pugna por estar presente en el nuevo A380, también quiere participar en los aviones que construya Boeing. Según dijo ayer José Antonio Garrido, presidente de Gamesa, "tenemos que subir a primera división y jugar la gran liga con Airbus y Boeing".

Para los próximos cinco años, el grupo alavés tiene al límite de capacidad sus fábricas de componentes aeronáuticos, pero sus clientes son aeronaves con posibilidad para 70 o 90 pasajeros, como las unidades de Embraer y Bombardier, o de menos pasaje, como el modelo SJ-30 de Sino Swearingen o el helicóptero S-92 de Sikorsky.

Inversión en Sevilla

Para dar salida a la carga de trabajo que pudiera llegar con el A380, Gamesa tiene previsto invertir 2.000 millones de pesetas (12,02 millones de euros) en una nueva fábrica de chapa cuya ubicación está por designar. Juan Ignacio López Gandásegui, consejero delegado de la compañía, adelantó que esta instalación pudiera tener su sede "cerca de Andalucía". En esta comunidad autónoma, concretamente en Sevilla, el grupo de IBV tiene la factoría de su filial Easa del Sur, en la que produce piezas para Bombardier.

Las instalaciones de Easa no son propiedad de Gamesa, que las ocupa en alquiler. Además, la compañía alavesa siempre ha manifestado su interés por implantarse en el nuevo Parque de Aeronáutica que la Junta de Andalucía construirá en las proximidades de Sevilla en los próximos años. La intención de los gestores de la empresa sería la de trasladar toda la actividad aeronáutica en Andalucía a ese nuevo parque, por lo que Sevilla resultaría afortunada si Gamesa consigue participar en el A380.

La adjudicación por parte de Airbus también obligaría a más inversiones en su división aeronáutica, que ya tiene cubiertos los presupuestos de Sikorsky, Bombardier, Embraer y Swearingen.

Pero Gamesa es más conocida ahora por sus negocios relacionados con la energía, sobre todo la eólica. Garrido explicó ayer que el grupo trabajará según los informes de la Comisión Europea, que quiere alentar la generación de energía a partir de renovables para aumentar la cuota actual del 6% y duplicarla hasta el 12,5%. El grupo aprovechará para diversificar su división de renovables hacia la energía solar y las células de combustible, entre otros proyectos, según José Antonio Garrido.

Pero Gamesa no olvida su negocio eólico, donde invertirá unos 70.000 millones de pesetas (420,71 millones de euros) para tener en España una capacidad instalada de 500 MGW. Al final de este ejercicio conseguirá generar ya 400 MGW.

Como muestra de este esfuerzo, Garrido especificó que Gamesa, sólo el año pasado, instaló 1.000 aerogeneradores en el mercado nacional. Y en 1999 había implantado 800 de estos molinos de viento. En el mundo, es el segundo productor de aerogeneradores, según los últimos datos de este sector. El negocio eólico representa actualmente el 60% de sus ingresos, sobre una facturación total en 2000 de 127.402 millones de pesetas (765,7 millones de euros), mientras que la aeronáutica aporta el 40% restante. De sus actividades de automoción se desprendió hace tiempo, al traspasarlas a IBV.

Beneficios en 2001

Gandásegui mantuvo ayer sus previsiones de un crecimiento del beneficio neto del 37% para este año, sobre los resultados de 11.452 millones de pesetas (68,83 millones de euros) de 2000. El consejero delegado advirtió que "seremos cumplidores", ya que las ganancias de los cuatro primeros meses confirman esa dirección.

Gandásegui dejó claro que ya han amortizado las inversiones que permitieron la participación en la construcción del modelo ERJ145 del grupo brasileño Embraer, el proyecto que funcionó como revulsivo de la actividad aeronáutica de Gamesa y que fue apoyado por el Gobierno vasco, a quien han devuelto las ayudas.

 

La junta de accionistas oirá que no hay dividendo a cuenta

Gamesa conocerá hoy las sensaciones de su primera junta de accionistas tras la salida a Bolsa del 30% del capital, aunque ahora fluctúa el 36% porque Corporación IBV vendió un 6% para dar mayor liquidez al valor. Aparte de los inversores institucionales, Gamesa cuenta con unos 7.000 accionistas individuales, muchos de ellos empleados del grupo, que al cierre del 31 de diciembre pasado contaba con una plantilla de 4.066 trabajadores. José Antonio Garrido comunicará hoy a los accionistas que no recibirán dividendo a cuenta de los resultados del ejercicio pasado. Su mensaje estará basado en la creación de valor para el accionista, y les recordará que han duplicado su inversión, desde el precio de salida a 12,6 euros por título, a la cotización actual (ayer cerró a casi 24 uros). Garrido cree que el valor "todavía tiene recorrido en Bolsa", sobre todo con las previsiones de un crecimiento del beneficio de más del 30% para este año y con la presencia en un sector, el eólico, con amplias posibilidades de futuro.

En la junta, Gamesa proyectará un vídeo de siete minutos de duración en los que explicará su espectacular crecimiento de los últimos años. En los últimos cuatro ejercicios ha multiplicado su facturación por 3,5 veces y el beneficio por ocho. Además, en tan sólo cinco años la plantilla ha pasado de estar integrada por 700 personas a completar un grupo humano de más de 4.500 trabajadores. Garrido se extenderá en los actuales planes industriales, pero en el área aeronáutica dejará fuera el negocio militar, porque Gamesa tiene la intención de mantenerse en la aviación civil, donde ha desarrollado una estructura y una tecnología propias, "unidades pequeñas y flexibles", según la definición de Garrido, quien no oculta su admiración por el grupo estadounidense General Electric y por su filosofía del aprendizaje constante.

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