China sube sus aranceles a Japón en respuesta al alza de las tasas niponas
El Gobierno chino anunció ayer que impondrá tarifas especiales a las importaciones de vehículos, teléfonos móviles y aparatos de aire acondicionado de fabricación japonesa. La medida es una represalia por la subida de aranceles que Japón aprobó en abril para productos agrícolas chinos, como champiñones, puerros y juncos empleados para hacer tatamis.
Aunque el Gobierno nipón ha solicitado a China que no haga efectiva su amenaza, el ministro de Economía y Comercio, Takeo Hiranuma, se apresuró ayer a afirmar que la medida no afectará gravemente al sector. Las exportaciones de los tres productos mencionados suman sólo unos 552 millones de dólares (unos 106.500 millones de pesetas), frente a los 28.225 millones de dólares que representan las exportaciones totales japonesas a China. Además, los productores ya están instalados en China. El sector automovilístico nipón vendió el año pasado dos millones de vehículos en China, pero las exportaciones sólo supusieron un 1,5% de estas ventas.
En cualquier caso, la posible guerra comercial con China se suma al conjunto de datos negativos para la economía nipona. El gobernador del banco central, Masaru Hayami, afirmó ayer que no inyectará más dinero en el mercado mientras el Gobierno no reactive la economía.
El primer ministro, Junichiro Koizumi, viajará a finales de mes a EE UU para asegurar a las autoridades estadounidenses su determinación de lograr la recuperación del país. La tarea es ardua. El PIB se contrajo en el primer trimestre un 0,2%, cuando los más pesimistas pronosticaban un crecimiento del 0,1%.