La Fundación de Cajas propone un recorte de cuatro puntos en el IRPF

La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) advierte que la presión fiscal del IRPF aumentará dos puntos de aquí al año 2005 a menos que se reduzca el tipo marginal mínimo del impuesto, del 18% al 14%, el marginal máximo, del 48% al 43%, y se deflacten la tarifa y los mínimos exentos existentes.

La propuesta inicial del secretario de economía del PSOE, Jordi Sevilla, de reforma del IRPF mediante el establecimiento de un único tipo de gravamen en el impuesto (podrían ser dos tipos, en función de la recaudación) continúa dando que hablar entre el mundo financiero, sucediéndose las sugerencias entre los expertos.

Cuando aún resuena el malestar expresado públicamente por el Gobierno por el apoyo de los servicios de estudio de los bancos BBVA y BSCH a la fijación de un tipo único en el impuesto, las cajas de ahorro han elaborado un estudio, en el que aportan su particular visión de la reforma del IRPF. Estas entidades financieras han publicado un análisis a través de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) en el que abundan en la necesidad de una nueva modificación del impuesto.

Al contrario que los dos bancos, las cajas no se pronuncian sobre la tesis del PSOE, sino que proponen una reforma que consideran "más realista", basada en la estructura actual del impuesto. El estudio, de los expertos fiscalistas Josep Oliver, José Luis Raymond y Valentín Edo, realiza una simulación del comportamiento de los ingresos por IRPF hasta el año 2005, bajo las hipótesis de un crecimiento real medio de la economía del 3,3% anual y una inflación del 2,5%.

La conclusión principal es que para mantener la presión fiscal en valores similares a los actuales sería necesario proceder a una reducción de los tipos marginales del impuesto, deflactando adicionalmente la tarifa y los mínimos exentos.

Si los tipos del impuesto permanecen invariables y no se deflacta la tarifa, los autores prevén que la recaudación por IRPF aumente hasta 10,3 billones de pesetas en 2005, lo que provocaría un aumento de la presión fiscal (ingresos tributarios en términos de PIB) de casi dos puntos, del 5,89% de 1999 al 7,83% en 2005, siempre con las hipótesis de un crecimiento medio de la economía del 3,3% y de una inflación del 2,5% anual. El tipo medio del impuesto experimentaría un fuerte aumento, pasando del 13,5% al 17,92% en 2005.

Para evitar estas disfunciones en el tipo medio y la presión fiscal, el estudio propone una reducción del tipo marginal máximo, del 48% actual al 43 %, y del mínimo, del 18% al 14%. Esta propuesta está en la línea de la promesa inicial del presidente del Gobierno, José María Aznar, expresada en la pasada campaña electoral, cuando prometió rebajar los tipos marginales (máximo y mínimo) en el IRPF, al 46% y 15%, respectivamente. El estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros concluye que con una reducción de cuatro puntos en el marginal mínimo y de cinco puntos en el marginal máximo, se corregiría parcialmente el efecto sobre la presión fiscal. En concreto, ésta se incrementaría del 5,89% al 6,58% si no se actualizan los mínimos exentos y la base de la tarifa.

Con deflactación

Si además se actualizasen los mínimos y la tarifa (ver supuesto B del gráfico), la presión fiscal se mantendría constante (pasaría del 5,89% al 5,83%, en 2005), que es el objetivo buscado, sin dañar excesivamente la recaudación, que iría incrementándose todos los años hasta alcancar los 7,7 billones de pesetas en 2005.

La elasticidad del impuesto (relación entre la recaudación y el crecimiento de la economía) se mantendría también estable, en torno a 1,5 puntos. En consecuencia, los autores esgrimen que la estructura del impuesto sobre la renta, dada su elevada flexibilidad, debe obligar a modificaciones en sus tipos, bases y mínimos exentos si se quiere evitar un aumento de la presión fiscal generado mecánicamente por el avance real y nominal de las rentas.

Esta modificación pasaría por un incremento de entre dos y tres puntos en la tarifa del impuesto, un aumento del mínimo exento en idéntica cuantía que el crecimiento nominal de la renta, y un recorte de los tipos marginales de entre cuatro y cinco puntos.

No obstante, los autores advierten que el modelo reduciría ligeramente el grado de progresividad del impuesto. De hecho, la distribución de la renta resultante empeoraría ligeramente. El índice de Gini (utilizado para medir la progresividad) se reducirían hasta 0,3426 puntos. Este problema podría solucionarse con un incremento de los mínimos exentos del impuesto superior a la evolución del IPC.

 

Los empresarios quieren simplificar las deducciones

La reforma pendiente del IRPF está siendo objeto también de la atención de los empresarios. Según un reciente sondeo realizado por la consultora PricewaterhouseCoopers entre el mundo empresarial, el 79,8% de los encuestados apuesta por una simplificación de las actuales deducciones del IRPF, aunque el 83% se muestra contrario a su completa eliminación. Esta sensibilidad se hace patente, en especial en la deducción por adquisición de vivienda habitual a la que tiene derecho un buen número de familias, que deben hacer frente a una hipoteca o tienen abierta una cuenta vivienda.

Un 39% de los encuestados mantendría la actual dedución por vivienda; otro 35%, incluso, la aumentaría; y sólo un 25,6%, la disminuiría. Los empresarios también se muestran a favor (72%) de aumentar la deduccción fiscal por aportación a fondos de pensiones privados y por incrementar (63%) el mínimo exento del impuesto.

En general, los empresarios apuestan por una reducción de los tramos y de los tipos del impuesto, una deflactación "por ley" de la tarifa (actualmente se decide cada año en función de los objetivos de política económica) y un reducción de la presión fiscal efectiva sobre las rentas del trabajo.

En cuanto al impuesto sobre sociedades, se muestran a favor de revisar el régimen fiscal de las amortizaciones, rebajar el tipo general (35%) y ampliar a 500 millones el límite de facturación para poder aplicarse el régimen especial para pymes.