Zapatero supera el examen de banqueros y empresarios
El secretario general del PSOE ya ha compartido mesa y mantel con algunos de los máximos representantes del poder económico del país, interesados en comprobar si tiene madera de líder.
José Luis Rodríguez Zapatero cumplirá un año de rodaje como líder del PSOE el próximo 22 de julio. El joven abogado vallisoletano, diputado por León en cuatro legislaturas, inauguró los 39 años ejerciendo como portavoz de Administraciones Públicas de su partido en el Congreso, una responsabilidad que no ayuda a la fama ni tampoco conecta con los principales centros de decisión del país. Su elección como secretario general del PSOE al borde de los 40, además de cambiarle por completo la vida, le colocó ante la obligación de darse a conocer no sólo al gran público, tarea a la que desde entonces le han ayudado con generosidad los medios de comunicación, sino también en los círculos económicos y financieros más selectos, los mismos que desde el abandono de Felipe González del timón del PSOE en la primavera de 1997 constataron con tanta frialdad como escepticismo los liderazgos efímeros de José Borrell y Joaquín Almunia, en la antesala de la primera mayoría absoluta del PP.
Los primeros contactos de Zapatero con los principales empresarios y banqueros del país han sido fáciles y directos. Uno de los pioneros en mostrar su interés por escudriñarle personalmente ha sido el copresidente del BSCH, Emilio Botín, quien lo puso en conocimiento del ex vicepresidente del Gobierno y diputado socialista Narcís Serra. Dicho y hecho. Acompañado del responsable de Economía del partido, Jordi Sevilla, Zapatero ha compartido mesa y mantel sin ningún tipo de prejuicio con quien desde el entonces Banco de Santander primero madrugó, allá por el año 1994, la conveniencia de abrir las puertas de La Moncloa a José María Aznar.
En la cúpula del BBVA también se dispone ya de un retrato personalizado de Zapatero, en este caso compartido por sus dos copresidentes, Emilio Ybarra y Francisco González. Gracias a un almuerzo organizado por otro ex ministro socialista ambos conocen lo que pasa por la cabeza del líder del PSOE en asuntos tan dispares como la lucha antiterrorista y la difícil encrucijada vasca, el futuro del Estado autonómico, la construcción europea o la política fiscal. En igualdad de condiciones que Ybarra y González se encuentran otros financieros y empresarios, entre ellos el presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, y su director general, Isidro Fainé; el presidente de Telefónica, César Alierta, y el de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez. Los bancos extranjeros de negocios también han hablado ya con el nuevo equipo económico del PSOE. Su relación con el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, es fluida.
Zapatero y Sevilla también se han sometido con disciplina a este primer examen ante las principales organizaciones empresariales. Recientemente almorzaban en privado con José María Cuevas, Juan Jiménez Aguilar y la junta directiva ampliada de CEOE. Los empresarios y profesionales que agrupan la Asociación para el Progreso de la Dirección, el Círculo de Economía y el Instituto de Empresa Familiar, por citar algunos de los foros más representativos, han tenido ocasión de auscultar la solidez política de quien hasta hace sólo un año era casi un desconocido y en breve se medirá con José María Aznar en el primer debate sobre el estado de la nación de su mayoría absoluta.
El líder del PSOE ha decidido evitar los favores de la consabida tribu de intermediarios y ha elegido en cada caso la vía más sencilla para hablar con el poder económico. Para no comprometer al ex presidente Felipe González, Zapatero ha optado por desaprovecharle como embajador ante los círculos más influyentes, aunque al principio llegó a barajar esta posibilidad.
Muchas críticas al intervencionismo y a la inflación
Buena parte de los interlocutores del mundo empresarial con los que ha dialogado Zapatero en los últimos meses han quedado gratamente sorprendidos por el "gran recorrido" político que, en su opinión, puede tener el líder socialista en los próximos años. Sin embargo, también consta algún comentario despectivo por parte de quien esperaba que, desde el primer momento, Zapatero desnudara un programa económico que la mayoría intuye todavía en pañales.
Quienes siguen los pasos de Zapatero ante banqueros y empresarios creen que ha superado el primer examen con creces, aunque perciben que la doctrina económica del PSOE es a partir de ahora cuando va a interesar, a la vista de la polvareda levantada por el esbozo de la reforma fiscal. Las organizaciones empresariales y los grandes bancos han valorado la apuesta por la simplificación del IRPF y han rechazado el desprecio gratuito que ha merecido en el Gobierno. La centralita de la sede socialista de Ferraz tiene ahora más trabajo.
Zapatero ha tomado nota de las duras críticas al Ejecutivo que le han trasladado destacados empresarios y financieros, centradas en el creciente intervencionismo que sufren sectores como el de las telecomunicaciones y la energía, así como en la pasividad ante el desboque de la inflación. Los reproches hacia Rodrigo Rato y el secretario de Estado de Economía, José Folgado, se multiplican, aunque en la dirección del PSOE se relativizan, ya que se ve lógico que en el mundo empresarial se juegue a "varias barajas".