Alierta apuesta por el liderazgo de Telefónica en América Latina
César Alierta se presentó ante los accionistas de Telefónica con un claro mensaje de crecimiento. Cuatro ejes centrarán este objetivo: el liderazgo en Latinoamérica, la apuesta por las nuevas tecnologías, la irrupción en Europa y la convergencia de telefonía móvil, fija, Internet y contenidos. Los pasos más inminentes se darán en México y Brasil, ya que el potencial de América Latina es clave para superar en 2004 los 100 millones de clientes.
El presidente de Telefónica llegó a su primera junta de accionistas como máximo responsable con el convencimiento de que la operadora ha hecho sus deberes mejor que sus competidoras y que está en posición de jugar un papel destacado en el futuro de las comunicaciones. Alierta, consciente de que la actual crisis del sector cambiará radicalmente el escenario, ha diseñado un proyecto para Telefónica basado en el crecimiento en mercados (Latinoamérica y Europa), en tecnologías (UMTS, ADSL...) y en convergencia.
Deutsche Telekom, BT, France Télécom o, incluso, Telecom Italia prometen a sus accionistas contención del gasto, segregación de negocios, reducción de deuda. Telefónica prometió ayer expansión, compras y crecimiento. Todos los negocios que incluye la operadora son "estratégicos", porque con ellos se hará posible la convergencia ("interactividad", en palabras de Alierta).
No es la primera vez que el presidente de Telefónica lanza mensajes contrarios a lo que hoy aprecia el mercado. Y tampoco es la primera vez que la Bolsa actúa en consonancia. Ayer cayó un 3,16%.
El mercado prioritario para la operadora española es Latinoamérica. "Es urgente liderar la consolidación para evitar ver erosionada nuestra posición como consecuencia de las acciones de otras empresas con intereses estratégicos en este mercado", aseguró durante su intervención Fernando Abril-Martorell, consejero delegado.
México y Brasil
Dos países centrarán las ambiciones de crecimiento de Telefónica en Latinoamérica, México y Brasil. En el primero, siguen su curso las negociaciones para adquirir Pegaso y sus 1,3 millones de clientes. Para el país carioca se ha diseñado el plan Brasil 2002, con el que se extenderá la presencia de la operadora en telefonía fija a otros Estados además de São Paulo.
América Latina será una de las claves del crecimiento de Telefónica en los negocios más tradicionales, por sus bajos índices de penetración de telefonía fija y móvil. Unida a los avances en Europa, servirá de impulso para conseguir una de las metas que ayer se impuso Alierta: superar los 100 millones de clientes para finales de 2004. En estos momentos, tiene 71 millones.
Para conseguir estos objetivos, Telefónica se servirá de "la solvencia financiera de la compañía" y buscará en todo momento "un crecimiento rentable". Incluso en el nuevo móvil, que Alierta volvió a definir como estratégico para la operadora, porque le ha permitido entrar en Europa, en un proyecto que continuará.
En este escenario casi idílico, Alierta y Abril sólo tuvieron críticas para la regulación. La estabilidad del entorno regulatorio es "imprescindible para el desarrollo de la sociedad de la información", explicó el presidente. "Parece llegado el momento de que el regulador centre su ámbito de actuación en aquellos servicios donde Telefónica mantiene obligaciones de servicio público, evitando caer en la tentación del intervencionismo en nuevos negocios", apostilló el consejero delegado.
El discurso de Alierta no le libró de las críticas de los accionistas, en la primera junta que contó con la intervención de un representante de una gestora de fondos. Fue DWS, de Deutsche Bank, que cuenta con 18,5 millones de acciones y que puso de relieve el riesgo de las inversiones en UMTS y pidió la clarificación en la estrategia de medios.
También hubo quien centró sus reclamaciones en Juan Villalonga y pidió una acción social de responsabilidad (que fue rechazada) contra las indemnizaciones pagadas el año pasado a los ejecutivos salientes. Y quien solicitó el regreso del dividendo.
Conversaciones en medios
El consejero delegado de RTL, Didier Bellens, confirmó ayer en una entrevista a Reuters que mantiene negociaciones con Telefónica para estrechar los lazos que les unen y que las conversaciones se centran en la cooperación en derechos deportivos, en cine y en la publicidad en Internet.
El máximo ejecutivo del gigante mediático confirmó también el interés de RTL por aumentar su participación en Antena 3 a través de compras a los socios minoritarios.
La crisis de Sintel ensombrece la junta
La junta estaba diseñada para plantear la estrategia de crecimiento de Telefónica y para aprobar una ampliación de capital que supondrá uno de los pasos para ello. La operadora recibió el visto bueno para la emisión de 360.000 millones en títulos para comprar las filiales mexicanas de Motorola y otras dos ampliaciones para remunerar a los accionistas.
Sin embargo, el verdadero protagonista fue Sintel. Trabajadores y simpatizantes de la antigua filial de Telefónica coparon el turno de intervenciones y se adhirieron a la propuesta realizada por el presidente del Comité Intercentros. Adolfo Jiménez planteó a Alierta una negociación directa para que la compañía retome el "control total" de Sintel.
Según Jiménez, esta solución sería más rentable para Telefónica que hacerse cargo de la quiebra, que le costaría "entre 40.000 y 50.000 millones" y evitaría "el desprestigio que supondría que la Fiscalía Anticorrupción presentara una querella".
Un centenar de trabajadores de Sintel entró en el recinto de la junta, mientras que otros 400 se manifestaron en el exterior. La tensión se desató en el turno de respuestas de Alierta, que no pudo ser escuchado por los accionistas debido a los abucheos y pitadas de los empleados de la ex filial de Telefónica. Aun así, el presidente de la operadora contestó una por una a todas las intervenciones y también a la de Sintel, único momento en que se hizo el silencio. La respuesta: Telefónica asumirá las obligaciones y requerimientos que puedan derivarse de la quiebra.