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Caruana pide que los salarios se fijen según el beneficio de cada empresa

El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, apuesta por que la mayor parte de las negociaciones salariales se fijen mediante convenios de empresas que tengan en cuenta no tanto el nivel de inflación como el beneficio de la sociedad.

El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, aprovechó ayer el tradicional discurso de presentación del informe anual de la entidad, correspondiente a 2000, ante el consejo de gobierno del banco, para dar unas pinceladas sobre lo que considera debe ser el camino adecuado de las negociaciones sobre la reforma de los convenios colectivos.

Al igual que su antecesor en el cargo, Luis Ángel Rojo, Caruana advirtió del peligro de que la traslación de las alzas de precios a los salarios, a través de las cláusulas de revisión, acabe retrasando la desaceleración prevista de la inflación.

Sin embargo, Caruana fue más allá e incidió especialmente en la negociación colectiva. Su receta pasa por facilitar que los salarios puedan "crecer de forma diferenciada" y así adaptarse a las condiciones particulares de las empresas. Caruana considera que este crecimiento diferenciado de los salarios incentivaría también la movilidad laboral entre empresas, sectores y zonas geográficas. "Se trata de consolidar una nueva cultura, en la que la negociación de los salarios, alquileres y otras rentas, y la fijación de precios no basculen como en el pasado sobre una determinada tasa de inflación del conjunto de la economía, sino sobre las posibilidades que ofrece la oferta y demanda en cada caso concreto", dijo.

La sugerencia de Caruana de que la mayoría de los convenios colectivos se centren en el ámbito empresarial en vez del sectorial y estatal está próxima a las tesis defendidas por la patronal CEOE y el propio ministro de Economía, Rodrigo Rato. Los sindicatos, sin embargo, se muestran contrarios a ella, temerosos de que una excesiva descentralización de los convenios acabe restando poder de negociación del trabajador frente a su patrono.

Por otra parte, el Banco de España cree que "la economía está en condiciones de seguir una senda de expansión en torno al 3% en los próximos años", superior a la media de la zona euro, aunque para ello estima que "es necesario que se afronten adecuadamente los desequilibrios que han ido apareciendo después de una larga fase de crecimiento rápido", si no se quiere perder competitividad.

El control de los precios y la reducción del diferencial de inflación con respecto a la unión monetaria es uno de los objetivos. Otros pasan por el mantenimiento de altas tasas de inversión, la contención del gasto público, con tendencia hacia el superávit presupuestario y más reformas estructurales que ahonden en la liberalización de los mercados. Entre ellos, cita como ejemplo la reforma del mercado del suelo, con escasa competencia y transparencia, "asunto que ayudaría a eliminar las trabas a la movilidad geográfica del empleo".

En cuanto al sistema financiero, el Banco de España apuesta por una mayor integración de los mercados y el agrupamiento de la banca minorista.

Caruana incluyó en su discurso un toque de atención a la banca para que mejore sus sistemas de gestión y control de riesgos, con especial atención al índice de morosidad y a la política de concesión de créditos. Por otra parte, apuesta por que la supervisión bancaria, encomendada a la entidad, incorpore elementos más flexibles como códigos de buenas prácticas o "recomendaciones".

 

La entidad incrementa sus ganancias un 41,7%

El Banco de España obtuvo en 2000 un beneficio neto de 958.167 millones de pesetas (5.759 millones de euros), lo que representa un crecimiento del 41,7% frente a los 676.164 millones de pesetas conseguidos un año antes. La mejora ha sido posible por la expansión de los ingresos a tasas superiores a los costes operativos de la entidad.

Los ingresos por intereses se elevaron un 46,85% y ascendieron a 755.493 millones de pesetas. Esta mejora se debió a la apreciación del tipo de cambio del dólar frente al euro durante 2000, al incremento de la inversión media en activos denominados en euros en casi 1,66 billones de pesetas y al aumento de la rentabilidad media de los principales activos. En concreto, durante 2000 la rentabilidad media de los activos denominados en dólares pasó del 4,8% al 6,3%, mientras que en las inversiones en euros subieron del 2,8% al 4,1%.

Estos tres factores han contrarrestado la desinversión producida en activos denominados en dólares, que rebajaron su saldo medio en 8.099 millones de dólares (1,55 billones de pesetas al cambio actual).

El ingreso neto por intereses aumentó un 51,37%, hasta 602.490 millones de pesetas, después de que los gastos por intereses creciesen un 31,41% y detrajesen 153.003 millones de pesetas

La expansión de la partida de gastos se debe al aumento medio del coste de la financiación recibida, que ha pasado del 3,6% en 1999 a un 4,3% en 2000, por la subida de tipos.

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