El alza de la energía lleva el IPC de EE UU al 3,6%
El IPC estadounidense subió del 3,3% al 3,6% en mayo, pero ello fue debido sobre todo al aumento de precios de la energía. Y los analistas creen que este repunte de precios no impedirá otra bajada de los tipos de interés. Sobre todo, después de que ayer se anunciara el octavo declive consecutivo en la producción industrial.
Los indicadores económicos publicados ayer confirman que la economía de Estados Unidos sigue desacelerándose, al tiempo que suben los precios debido sobre todo al encarecimiento de los productos energéticos.
El IPC subió un 0,4% mensual en mayo (el mayor repunte desde enero) y la tasa interanual pasó con ello del 3,3% al 3,6%. Sin embargo, los analistas destacaron que la subida estuvo provocada sobre todo por el encarecimiento de la energía, que subió un 3,1% tras haber aumentado un 1,8% en abril.
Excluyendo este apartado, el IPC sólo subió un 0,1% y la tasa interanual está en un 2,5%. Niveles que nadie cree que vayan a impedir una nueva bajada de tipos de interés en la reunión que la Reserva Federal celebrará los días 26 y 27 de junio.
El banco central estadounidense ha recortado los tipos interbancarios en 2,5 puntos desde enero, colocándolos en el 4% (el nivel más bajo en siete años). Y la mayoría de los expertos augura, como mínimo, una bajada de un cuarto de punto.
La propia Reserva Federal confirmó el jueves que la actividad económica se mantuvo estancada o decreció en casi todas las regiones del país. Y ayer anunció que la actividad industrial cayó un 0,8% en mayo, lo que supone el octavo declive consecutivo. El dato superó con creces la ya pesimista previsión de los expertos, que auguraban un declive del 0,4%.
Además, la Reserva Federal revisó las tablas de abril para indicar que la producción industrial cayó un 0,6%, en lugar del 0,3% calculado inicialmente.
El índice de utilización de la capacidad industrial bajó del 78,2% al 77,4%, el nivel más bajo desde agosto de 1983. Un dato que confirma que las fábricas siguen recortando producción para reducir los inventarios acumulados con el declive de las ventas.
Los recortes de producción se están dejando notar también en un aumento en el número de despidos. El fabricante de equipos de telecomunicaciones Nortel aca-ba de anunciar que suprimirá 10.000 empleos; su competidora Avaya, unos 3.000; el fabricante de equipos fotográficos Polaroid, 2.000, y la lista crece día a día.
Consumidores
Los economistas, empezando por el propio banquero central, Alan Greenspan, temen que la avalancha de despidos hunda la confianza de los ciudadanos y frene su nivel de consumo (que representa dos tercios del PIB).
Las ventas minoristas crecieron un 1,4% en abril, pero sólo repuntaron un tímido 0,1% en mayo. Y el índice de confianza de los consumidores americanos que elabora la Universidad de Michigan ha bajado en junio del 92 al 91,6 (según datos preliminares difundidos ayer).
Además, nadie cuestiona que la economía americana está creciendo a un ritmo muy inferior a su potencial. El PIB aumentó sólo un 1,3% en el primer trimestre, y el vicepresidente de la Reserva Federal, Robert Ferguson, dijo hace unos días que el potencial es del 3,5%.