El anuncio de huelga de los pilotos lleva a Iberia a mínimos
Los pilotos de Iberia confirmaron que irán a la huelga en verano, al mismo tiempo que la alemana Lufthansa alertaba de que la huelga de los suyos lastrará el resultado de la empresa. Blanco y en botella para el inversor, que castigó a la aerolínea con un retroceso del 2,59%. Cerró en 1,13 euros, mínimo histórico.
No está el mercado para aceptar conflictos enquistados como el de Iberia con el sindicato de pilotos Sepla. Según éstos confirmaban la huelga para la temporada vacacional, la alemana Lufthansa anunciaba que prevé ganar un 30% me-nos este año por las disputas con los pilotos y la ralentización económica. Eso, a pesar de que cerró el conflicto a través de un arbitraje.
La alemana perdió un 4,94% en la Bolsa de Francfort, y la española, un 2,59% en la de Madrid. La analogía entre dos compañías que afrontan los mismos problemas era tan evidente que el mercado ya castigó desde la apertura a las acciones de Iberia. A pesar de que la empresa anunció anteayer un jugoso dividendo equivalente al 4,25% del precio.
Con la caída de ayer, Iberia cerró en 1,13 euros por acción. Es el precio más bajo desde que comenzase a cotizar, hace dos meses y medio. La pérdida para los inversores que acudieron a la OPV asciende ya al 5%.
La capitalización de la empresa queda, a cierre de ayer, en 1.031 millones de euros. Mucho menor que la de sus competidoras Alitalia (1.548 millones), Air France (4.567) o KLM (1.036 millones de eu-ros). De hecho, sólo la participación en Amadeus que tiene Iberia (el 18,28% de los derechos económicos, según consta en la CNMV) vale 887 millones de euros, o el 86% del valor total de Iberia. En otras palabras, los aviones, el capital humano, los derechos de vuelo y el inmovilizado valen 144 millones de euros, o 24.000 millones de pesetas (10.000 menos que un Boeing 747).
Iberia estuvo clavada al precio de colocación durante un mes. A partir del 3 de mayo, cuando venció el plazo de la opción de compra para los colocadores (green shoe), éstos dejaron de comprar títulos, y la acción empezó a perder pie. BSCH, que compró en el primer mes 35 millones de acciones, ha vendido desde entonces otros cinco.
De todas maneras, todas las empresas del sector viven un mal año. El de las aerolíneas es un sector muy sensible al ciclo económico, pues depende de los viajes de negocios. Además está la conflictividad laboral y la posible quiebra de la suiza Swissair.