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EXTREMADURA

Una campaña amarga para los productores del Jerte

La campaña de la cereza trae este año un sabor amargo para los productores cacereños. La Asociación de Cooperativas del Valle del Jerte (ACVJ), que engloba al 65% de los productores de cereza de esta comarca extremeña, tiene previsto vender este año la mitad que el pasado debido a las malas condiciones climáticas en que se ha desarrollado la campaña de esta fruta.

Frente a los 5.145 millones de pesetas (30,9 millones de eu-ros) que ingresó la cooperativa el pasado ejercicio, sus responsables prevén que este año la cifra caerá un 51%, hasta unos 2.500 millones.

La raíz del problema surge principalmente de la prolongada etapa de lluvias que ha impedido una normal polinización, por lo que el árbol no se ha cargado de fruto. Además, en la última fase de la maduración, sobre el valle del Jerte han caído al menos tres tormentas de granizo que han terminado de dibujar el triste paisaje que vive la zona. El resultado es que la cosecha de toda la comarca -no sólo los productores de la ACVJ-, que en un año normal suele rondar 24 o 25 millones de kilos de cereza con un valor de más de 8.000 millones de pesetas, será sólo ligeramente superior a un tercio de una campaña normal: las previsiones estiman que no subirá mucho de 10 millones de kilos.

La ACVJ, por su parte, recogerá este año seis millones de kilos de cereza, frente a 12 que recolectó la pasada campaña o a 22 de la anterior, en 1999, aunque este año marcó un hito histórico (40 millones de kilos en todo el valle, que produce el 31% del total nacional de cereza).

Todo ello supondrá un desplome de las ventas hasta unos 2.500 millones de pesetas, desde los 5.145 que facturó la pasada campaña.

Pero la cereza no ha sido sólo escasa. Las condiciones climáticas adversas han originado un fruto de mala calidad que le impide llegar en buenas condiciones a los mercados más alejados.

Problemas de distribución

"En condiciones normales el fruto soporta un trayecto medio de dos días, pero las cerezas de esta campaña no aguantan ni 24 horas en muchos casos", dice Leopoldo Gómez, gerente de la ACVJ. "De esta manera no vamos a poder cumplir muchos de los compromisos que hemos adquirido con las grandes cadenas de distribución y nos veremos obligados también a reducir la exportación". Y no sólo eso: el mal tiempo ha sido perjudicial también para los demás frutos que produce la cooperativa. Así, será éste, además, un mal año para la ciruela y muy probablemente para la castaña.

La Asociación de Cooperativas del Valle del Jerte es una entidad asociativa de segundo grado formada por otras 14 cooperativas de producción en las comarcas del valle del Jerte y de La Vera, y otras dos de comercialización en Las Hurdes. Representa a 4.000 socios pertenecientes a 16 pueblos de las citadas comarcas del norte de Extremadura. Cuenta con una cuota de producción de, aproximadamente, un 65% del total del valle, deja otro 15% en manos de la Cooperativa El Campo, de Navaconcejo (Cáceres), que recolecta de media 2,5 millones -1,2 este año según la visión optimista de su presidente, Jesús Martín, lo que supondrá una facturación de 480 millones, un 40% menos-, y el 20% restante a una pléyade de pequeñas empresas repartidas por estas comarcas.

Son aproximadamente una veintena de almacenes, cuya actividad se limita a la campaña en muchas ocasiones. Compran la cereza a agricultores no afiliados a las cooperativas y las venden en los mercados nacionales.

No es el caso, sin embargo, de Frutas Olivar o Frutas Aljovian, las firmas más impor-tantes, que incluso están subordinadas a la disciplina de la Denominación de Origen Cereza del Jerte. Olivar, el principal productor no cooperativo, vende cada año un millón de kilos de cereza, aunque trabaja también otra fruta. Factura más de 500 millones y emplea en campaña a 24 personas. Sus mercados están en Madrid, Cataluña y Portugal, principalmente.

 

Un valle que no sólo vive de la cereza

Los cultivadores de cereza del Jerte cuentan con una pequeña red. La caída de las ventas será algo amortiguada por la diversificación que ha experimentado la Asociación de Cooperativas del Valle del Jerte (ACVJ) en los últimos años.

No sólo de cereza se nutre su cuenta de resultados. Si bien este fruto constituye dos terceras partes de su actividad, ACVJ es también la primera productora nacional de frambuesa fresca -también la trabaja en conserva-, por la que ingresa cada año más de 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros). Coloca también en los mercados 1,2 millones de kilos de castaña, 500 toneladas de ciruelas y, en menor medida, higo, membrillo y melocotón. Posee también una línea de transformados, donde incluye aceite de oliva virgen, conservas y licores y aguardientes derivados de los frutos. Esta línea aporta 500 millones de pesetas anuales a los resultados.

La caída de la producción de cereza resulta más drástica en la zona por el escaso nivel de aseguramiento que se está produciendo en los últimos años. Ahora mismo, apenas es representativo, cuando ha-ce cinco años más del 50% de los agricultores contaba con sus correspondientes coberturas. El desplome de las pólizas ha venido provocado por los altos precios: 150 pesetas por kilo, de las que hay que descontar la cantidad que aporta la Administración, vía subvenciones: unas 70 pesetas por kilo. La cereza no cuenta con ayudas directas.

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