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Japón se sitúa al borde de la recesión al caer el PIB un 0,2%

Las expectativas no eran muy halagüeñas, pero la realidad fue aún peor. La economía japonesa se contrajo un 0,2% entre enero y marzo de 2001, último trimestre de su año fiscal, por debajo de todas las previsiones, que esperaban un crecimiento de entre un 0,1% y un 0,3%, según apuntaron los analistas.

El dato conocido ayer reaviva la amenaza de una recesión, pues si el producto interior bruto (PIB) del segundo trimestre de 2001 es negativo, el país entraría técnicamente en recesión, por cuarta vez en una década. En 1992, 1993 y 1999 Japón se vio en esa situación.

"Está muy claro, estamos cayendo en recesión", declaró a Bloomberg Jesper Koll, economista jefe de Merrill Lynch en Japón. "Habrá un plazo corto de sufrimiento para conseguir ganancias a largo plazo", añadió. Así lo ha presentado hasta ahora el primer ministro, Junichiro Koizumi, quien el domingo pasado ya advirtió que los próximos seis a 12 meses serán "extremadamente duros".

Un mal ejercicio

El dato del primer trimestre de 2001 abocó a la economía japonesa a cerrar su año fiscal con un leve crecimiento del 0,9%, muy por debajo del 1,2% previsto por el Gobierno, y despierta dudas de que pueda cumplir el objetivo del 1,7% anunciado para este ejercicio.

"Parece que todo se ha debilitado. Estoy un poco preocupado", reconoció el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa. "Pero creo que la economía tiene ahora más fuerza de la que muestran los indicadores", añadió en un intento de levantar ánimos. Las exportaciones y las inversiones empresariales pesaron negativamente en el comportamiento del PIB.

Las empresas gastaron un 1% menos entre enero y marzo, registrando el primer declive desde marzo de 1999, en parte como respuesta a una caída de los pedidos desde el exterior. Las exportaciones cayeron un 3,6% durante ese periodo y las importaciones, un 2,2%. Las ventas al exterior se han visto lastradas sobre todo por un descenso de pedidos en EE UU y los vecinos asiáticos.

Tampoco fue muy útil el consumo privado, cuyo peso en el PIB alcanza el 60%, que se mantuvo invariable.

Los mercados respondieron a la gris coyuntura esbozada por los indicadores y el Nikkei registró un descenso del 1,52%. El yen tampoco protagonizó un mejor comportamiento y se cambió a 121,54 dólares, frente a los 120,90 del viernes.

La debilidad de la economía hace temer que Koizumi no podrá cumplir sus promesas y reducir el gasto público y la deuda del Estado. El Gobierno nipón se ha aferrado continuamente al gasto público como medida para reactivar la economía, lo que ha llevado a Japón a convertirse en el país industrializado más endeudado, con una deuda que alcanza el 130% del PIB.

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