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INTERNACIONAL

Basilea alerta del fuerte riesgo

Las economías emergentes son, sin duda, las más expuestas ante la desaceleración mundial. El Banco de Pagos Internacionales advierte que, en el caso de Asia, este riesgo se ve acentuado por la caída de las ventas en alta tecnología y sus desequilibrios fiscales. Las perspectivas son inciertas para el banco, que no prevé una rápida recuperación en EE UU.

El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) advierte de la especial situación de riesgo que atraviesan las economías emergentes de Asia, como señala en su informe anual.

Aunque reconoce los avances realizados en materia de inflación y el margen que otorgan los sistemas de tipo de cambio flexibles, el Banco de Basilea se muestra preocupado por la fuerte repercusión en la zona de la caída en las exportaciones de alta tecnología, los efectos de la debilidad del yen y el consiguiente riesgo de devaluaciones competitivas en la región y los problemas financieros no resueltos tras la crisis de 1998.

El BIS subraya que estos países mantienen una fuerte dependencia de sus exportaciones a Estados Unidos. De ahí que la incertidumbre sobre la evolución de la primera economía del mundo arroje serias dudas sobre la estabilidad presupuestaria de estas economías en un futuro próximo, que se puede ver agravada "en los casos en los que la necesaria reestructuración financiera procedente de anteriores crisis sigue sin concluirse".

Debilidad del yen

El banco denuncia un secreto a voces: el acuerdo tácito entre las autoridades estadounidenses y japonesas para permitir una depreciación del yen frente al dólar.

El informe recuerda que la última crisis asiática se vio precipitada, en buena medida, por la fortaleza del dólar respecto al yen en 1996 y 1997 y sostiene que esta medida puede, además, tener repercusiones negativas para la economía nipona.

Un yen débil aumenta, según el banco, "el riesgo de que se produzcan devaluaciones competitivas en Asia, incluyendo China" y este riesgo seguirá vigente "hasta que las autoridades niponas lleven a cabo la reestructuración bancaria pendiente".

El BIS se muestra claramente en contra de esta política. De hecho, el director general del banco, Andrew Crockett, apuntó ayer que "los desequilibrios reales y financieros surgidos durante la larga expansión pueden requerir, al menos en el caso de EE UU, una devaluación efectiva del dólar", según informa Reuters.

La debilidad financiera es común a la mayoría de los emergentes, por lo que "la posibilidad de un inesperado y creciente riesgo de exposición financiera después de un largo periodo de expansión del crédito no debe descartarse", asegura el BIP.

Para el Banco de Basilea, Turquía es el ejemplo perfecto de cómo "un débil sistema bancario puede minar la confianza en las políticas macroeconómicas".

Latinoamérica, por el contrario, mantiene un sistema bancario fuerte, fruto de las fusiones y privatizaciones llevadas a cabo en estos años. A pesar de los avances realizados en materia fiscal, el principal riesgo de la región sigue siendo su alta exposición a los mercados internacionales dada su fuerte dependencia de financiación externa, por lo que una desaceleración generalizada "hace crecer la amenaza de una aversión de los inversores a los mercados de riesgo".

Para el Banco de Pagos Internacionales, la actual coyuntura mundial demuestra que las nuevas tecnologías no han supuesto el fin de los ciclos económicos y que una baja inflación "aunque deseable, no es condición suficiente para asegurar la estabilidad macroeconómica y financiera".

De ahí la necesidad, a su juicio, de una mayor y más eficiente cooperación internacional, por lo que insta a las autoridades de Washington, Tokio y Bruselas ha cooperar en la búsqueda de soluciones globales a la actual desaceleración para evitar una crisis económica.

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