La huelga general en Argentina triunfa por la falta de transporte
La huelga general convocada por el sector disidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina tuvo ayer un importante nivel de acatamiento, merced a la casi completa paralización del transporte público.
La medida de fuerza, de 24 horas de duración, afectó principalmente a los sectores industriales de Buenos Aires y de las principales ciudades del país. La capital argentina ofrecía ayer el aspecto de un día festivo, aunque la gran cantidad de residuos desperdigados por toda la ciudad mostraba los signos de la jornada de protesta, en la que los recolectores de basura no cumplieron sus tareas.
La adhesión a la huelga de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), con fuerte influencia en el sector estatal, también colaboró al éxito de la medida de fuerza. Los trabajadores de Aerolíneas Argentinas se manifestaron frente a la sede de la empresa y de las oficinas de Iberia, Telefónica y bancos españoles. Una bomba incendiaria fue lanzada contra una sede de Telefónica en la ciudad de Mendoza, a 1.100 kilómetros de Buenos Aires.
El presidente Fernando de la Rúa calificó de ¿absurda¿ la huelga, realizada en repudio a la política económica de su gobierno. A su juicio, ¿la adhesión al paro es absolutamente relativa, porque se afectó al transporte y hay mucha gente que ha ido a trabajar¿.
Pero los sindicalistas convocantes aseguraban que la huelga tenía un índice de seguimiento del 90%, en tanto que fuentes independientes aseguraban que el ausentismo superaba el 70%.