La CECA considera insuficiente que se limite al 50% el control político
Las cajas de ahorro trasladaron ayer a las instituciones comunitarias su voluntad de mantener un modelo de gestión y organización que consideran en peligro por la intromisión política. Así, el director general de la CECA, Juan Ramón Quintás, afirmó que la reforma legislativa que prepara el Gobierno para limitar la presencia de los poderes públicos en los órganos de gobierno "es necesaria, pero no suficiente". La CECA defendió ayer en Bruselas la singularidad de su personalidad jurídica, que diferencia, incluso, de la de otras entidades similares en el ámbito europeo.
Alos oídos europeos, el director general de la Confederación, Juan Ramón Quintás, prefiere explicarles el modelo de las cajas de ahorro por la comparación negativa. "No son un banco de desarrollo regional", "no tienen capital público", "no tenemos nada que ver con la banca regional alemana". Las jornadas que celebra esta semana la Organización Europea de Cajas de Ahorros en el Parlamento Europeo servirán de resonancia a ese deseo de "empezar a marcar diferencias". La batalla del comisario de Competencia, Mario Monti, contra las cajas de los länder alemanes no debe extenderse.
"Amenaza institucional"
El siguiente reto para las entidades españolas, indicó ayer el director general durante un almuerzo en Bruselas con los medios de comunicación, es enfrentarse a la "amenaza institucional".
En este caso, el peligro anida más cerca de casa. "Las leyes autonómicas han ido aumentando la representación política en el Gobierno de las cajas", lamentó el director, aunque consideró que "corresponde al legislador" poner freno a la voracidad política.
Quintás celebra, en este sentido, la reforma de las cajas que prevé el Gobierno, pero indica que "la limitación de la representación política es necesaria, pero no suficiente". Aunque remiso a la hora de precisar las demandas de las cajas al Ministerio de Economía, el director no duda, al menos, en resumirlas en un objetivo: que se disipen las sombras que amenazan la personalidad jurídica de las entidades.
"Veo riesgos de que dejen de ser fundaciones públicas", barrunta con preocupación. Para Quintás, las cajas siempre han sabido mantener, durante su siglo largo de historia, "el equilibrio entre lo radicalmente público y lo radicalmente privado". Y confía en "recuperar el centro" que se ha abandonado en ciertos casos. Quintás indicó que la finalidad de la reforma parte de "una demanda social" y aseguró que servirá para que las cajas dejen de ser "dependencias" de los Gobiernos autonómicos.
"Las cajas quieren seguir siendo cajas", proclama. Y advierte que ninguna entidad toleraría convertirse en una dependencia del Gobierno regional de turno. En este aspecto, asegura, hay unanimidad entre los integrantes de la confederación. La única divergencia que admitió en el seno de esta organización fueron las posiciones sobre cuotas participativas. A pesar esta profesión pública de equilibrio, el director admitió las servidumbres políticas que marcan la demarcación regional de las cajas de ahorros, que incluso les impide avanzar en el proceso de consolidación más allá de sus supuestos límites geográficos.
"Estamos ante la emergencia de mercados radicalmente distintos donde la eficiencia se medirá de modo diferente", reconoció Quintás ante el proceso de integración de los mercados financieros que ha desencadenado la aparición de la moneda única. Aun así, el representante de la Confederación se expresa con cautela extrema sobre el movedizo terreno de las fusiones, agitado esta semana por el proceso entre Caja San Fernando y la del Monte en Andalucía.
Sin querer pronunciarse sobre la polémica fusión de las dos cajas andaluzas, el director general sí considera descabellado que se obligue a renunciar a los presidentes en medio del proceso. "No conozco ningún caso de fusión en que se descabecen las empresas". Si esto ocurre en España, afirma, será un precedente a nivel mundial.
Y alerta sobre las consecuencias económicas del fracaso de una fusión. Tienen un coste elevado si salen mal", advierte, para defender, en cambio, la experiencia de coo-peración que las cajas han sabido desarrollar durante más de 70 años. En finanzas, alecciona, "la economía de escala se da en la producción, y no en la comercialización, que es donde sí se puede añadir un valor añadido al producto a través de la marca".