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Endesa invierte 68.000 millones en otra línea eléctrica Argentina-Brasil

Endesa y su filial chilena Enersis están destinando 350 millones de dólares (unos 68.000 millones de pesetas) a la construcción de una nueva línea de interconexión eléctrica entre Argentina y Brasil. La interconexión que ya está operativa consta de 490 kilómetros de longitud y suministra ahora 300 megavatios a Gerasul y 700 megavatios a Furnas.

La crisis energética que atraviesa el gigante suramericano ha acelerado este proyecto, de forma que se prevé que comience a funcionar entre diciembre de este año y febrero del año 2002.

La nueva línea contará con una capacidad de transporte de 1.000 megavatios, la cual se sumará a los otros 1.000 megavatios de la primera línea comercial construida por Endesa entre los citados países y que entró en explotación comercial en mayo del año pasado.

Con la interconexión que ahora se realiza, Endesa aportará al sistema eléctrico brasileño 500 megavatios a partir del próximo diciembre y otros 500 megavatios entre mayo y julio del año 2002. Según la compañía eléctrica española, estos plazos podrían acortarse si se producen, al menos, algunas de estas tres condiciones: que no llueva en exceso en la zona (para que se aceleren los trabajos), que las autoridades argentinas y brasileñas den más apoyo al proyecto y que no se registren retrasos en el transporte de los equipos en las aduanas.

Esta inversión se materializa a través de la Companhia de Interconexao Energetica (CIEN), propiedad en un 55% de Endesa y en el 45% restante por Endesa Chile (filial de Enersis).

En conjunto, Endesa habrá invertido 700 millones de dólares (136.000 millones de pesetas) en las dos líneas, con el objetivo de diversificar el suministro a ese país, que es ahora el principal objetivo en América Latina de la empresa que preside Rodolfo Martín Villa. También prevé la construcción de centrales de ciclo combinado.

Y lo es en una etapa en la que ese país precisa de fuertes inversiones en infraestructuras eléctricas. El mercado brasileño cuenta con una potencia instalada de 66 gigavatios, de los que sólo el 9% corresponde a centrales térmicas.

El resto de la potencia, el 91%, es producción hidráulica, lo que da una gran vulnerabilidad al sistema. Así, la falta de lluvias de los últimos meses ha sumido Brasil en la más importante crisis energética de su reciente historia, que están llevando a las autoridades a decretar restricciones en el suministro, con fuertes repercusiones en su producción industrial.

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