Dos universidades critican el traslado de empresas textiles a Marruecos
Un estudio elaborado por las universidades Autónoma de Barcelona y Hassan II de Casablanca afirma que las inversiones textiles españolas en Marruecos son inestables y buscan fudamentalmente flexibilidad en la producción, bajos salarios y una mano de obra dócil.
Las inversiones españolas en el exterior no siempre buscan explorar nuevos mercados, sino que en muchos casos las razones de la deslocalización persiguen únicamente reducir los costes de producción.
æpermil;ste sería el caso de la mayoría de las empresas textiles españolas instaladas en Marruecos, según un estudio realizado por los profesores Ramón de Alòs, de la Universitat Autònoma de Barcelona, y Abdelkader Kaioua, de la Universidad Hassan II de Casablanca, quienes denuncian que este tipo de empresas se caracteriza por el hecho de que a Marruecos llevan solamente una parte del proceso; el producto se acaba en España y su objetivo primordial es la reducción de los costes laborales.
"En muchos casos tienen un taller en lugar de una fábrica, y la inversión parece mucho más inestable", señala Alòs. Por ello, la gestión tiende a ser autoritaria, con escaso espacio para la negociación y rechazo a los sindicatos. Todo ello genera incertidumbres respecto a la continuidad de la inversión.
Claramente alejado de la mayoría de estas prácticas, el estudio determina la existencia de un grupo de inversiones más sólidas en los sectores agroalimentario, químico y relacionados con la explotación de los recursos naturales. En este grupo, las empresas buscan más estabilidad, con frecuencia su producto se dirige al mercado local, y existe un mayor margen para las relaciones laborales. La inversión genera menos incertidumbre y presenta mejores perspectivas a medio plazo.
En ambos grupos, no obstante, las diferencias salariales con respecto a España son significativas. Según el estudio, como media, un empleado cobra tres veces menos en la filial marroquí que en España. Esta diferencia es aún mayor entre los obreros no cualificados, que cobran cinco veces menos (380.100 pesetas anuales en Marruecos frente a 2.250.000 pesetas en España).