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El Gobierno ultima una reforma para abrir el servicio 1003 a la competencia

El Gobierno parece dispuesto a eliminar el penúltimo resquicio monopolista en telecomunicaciones: los servicios de información sobre directorio. El Ejecutivo estudia una reforma normativa que incluiría la eliminación de la numeración de acceso actual, el 1003 de Telefónica, para sustituirla por otra que tendrá cinco cifras y comenzará por los dígitos 118. Esta iniciativa, junto a la disponibilidad de las bases de datos de Telefónica y la resolución del problema de la facturación de los servicios de información, permitiría la existencia real de competencia en este servicio, que mueve 14.000 millones de pesetas anuales.

Los directivos y representantes de Telegate y Sonera, las dos empresas que llevan un año intentando dar servicios de información sobre directorios de teléfonos en España, para competir con el 1003 de Telefónica, están moderadamente esperanzados. Técnicos de Ciencia y Tecnología les han informado de que el ministerio estudia una reforma a fondo de las condiciones sobre las que se presta este servicio en España con el fin de armonizarlas antes del verano con los usos que se imponen en toda Europa impulsados con Bruselas. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones venía reclamando el cambio desde hace meses.

El aspecto más visible de la reforma sería la eliminación del número 1003 que utiliza Telefónica y que se ha convertido en el subconsciente de todos los españoles en la casi exclusiva vía de acceso a la información que atesoran los directorios telefónicos. El ministerio pretende que los servicios que en el inmediato futuro comiencen a prestar, tanto el operador dominante como sus nuevos competidores, se ofrezcan con una nueva numeración de acceso que tendrá cinco dígitos y comenzará por las cifras 118, seguida de los números que identificarán a cada competidor. Esta numeración es la que ya se utiliza en la mayoría de los países de Europa (ver cuadro). El cambio no se haría de la noche a la mañana y durante algún tiempo el 1003 de Telefónica conviviría con las nuevas cifras de acceso. En esta línea, la filial española de la compañía germana Telegate ya tiene reservado el número 11880, aunque obviamente todavía no puede utilizarlo.

Requisitos

No obstante existen otros aspectos de la reforma que, sin ser tan vistosos, resultan imprescindibles para que la competencia pueda ser un hecho en el negocio de la información sobre directorios telefónicos. Los dos más importantes son la regulación de las condiciones de acceso a la base de datos de los clientes de Telefónica y la regulación de los sistemas de facturación del servicio por las empresas entrantes.

Expertos del sector aseguran que en la legislación actual existen elementos regulatorios suficientes como para que las empresas con licencia para dar estos servicios tuvieran acceso libre, mediante sistemas "en línea", a las bases de datos de Telefónica. Sin embargo, la compañía que preside César Alierta ha mostrado reticencias a la cesión amparándose en la normativa sobre protección de datos.

Los problemas de facturación de las nuevas empresas que acceden al negocio estriban en que sus clientes no serán en ningún caso sus abonados y, por tanto, resulta absolutamente antieconómico tener que firmar contratos con ellos para remitirles cada mes una factura que, en muchos casos, no irá más allá de las 200 o 300 pesetas.

La solución que se ha dado a este problema en Europa es que los operadores tradicionales cobren los servicios que prestan sus nuevos competidores, y posteriormente remuneren a éstos previo pago de una comisión por la intermediación.

 

Un año en la brecha

Ya se ha cumplido un año desde que la filial española de Telegate comenzó a prestar "servicios de información sobre directorios telefónicos" para intentar competir con la misión que en España está encomendada en régimen real de monopolio al 1003 de Telefónica. En este tiempo, la situación de marginación que ha sufrido la compañía llegada desde Alemania ha resultado evidente. A pesar de contar con una licencia específica para explotar este servicio y de que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) le ha asignado el número 1616 para interrelacionarse con sus clientes, durante estos 12 meses se ha visto obligada a operar utilizando una cifra de identificación con prefijo 906 del "sistema de numeración de valor añadido", que, sin lugar a dudas, fue creada para otros cometidos bien distintos.

Pero no es Telegate la única empresa perjudicada por el escaso desarrollo de la normativa española sobre servicios de información sobre directorios telefónicos. La compañía finlandesa Sonera presentó el pasado mes de noviembre ante la CMT una protesta formal para solicitar de este organismo regulador que adopte medidas contra lo que califica de "abuso de posición dominante de Telefónica en la prestación del servicio de información 1003". Telegate se apresuró a adherirse a la iniciativa.

Rafael Tripero, director general de Telegate en España, explica cuál es la filosofía del servicio que su empresa realiza desde hace un año en España "y que se verá plenamente consolidado, cuando nos permitan prestarlo en las condiciones de competencia adecuadas". La compañía "ofrecerá información nacional e internacional de teléfonos fijos y móviles, incluyendo la posibilidad de conectar directamente al usuario con el número por el que está preguntando". También podrá obtener información de "más de 4.000 servicios de interés público, entre ellos la cartelera de cine, meteorología, conectar al cliente con chats o multiconferencias, o enviar en su nombre correos electrónicos, mensajes cortos o fax". Tripero explica que "todos los servicios de Telegate" se prestan "por medio de asistentes personales sin la intervención de sistemas automáticos de voz, lo que permite las búsquedas múltiples en una misma llamada".

 

TPI aspira a una cuota de mercado del 20% para este año en Brasil

I. A. Madrid

Latinoamérica es "un mercado de expansión natural" para TPI, la compañía editora de las Páginas Amarillas filial de Telefónica, que aprovechará la presencia de su matriz en muchos países de esta región para estudiar "las oportunidades que esto representa y aprovechar las que nos interesen". En su primera junta como presidenta de TPI, Belén Amatriaín, dejó claro a los accionistas el interés por Latinoamérica, a pesar de las dudas que expresó uno de ellos dada la inestabilidad económica.

TPI ya está presente en Brasil y en Chile, y Amatriaín presentó al primero de estos países como ejemplo de rentabilidad. Los ingresos de la filial brasileña sumaron 5.778 millones en 2000, con un alza del 465%. El objetivo para este año es que se dupliquen y alcanzar una cuota de mercado entre el 18% y el 22% en las zonas donde operan (la mayor de ellas es São Paulo) para este ejercicio.

Compras y alianzas

La expansión internacional, ya sea en Latinoamérica, Europa, Internet u otras líneas de negocio, es una de los principales objetivos de TPI para este año. Para ello, la compañía está "estudiando a otros editores líderes en sus áreas y analizando oportunidades en otros mercados que podrían materializarse en compras, creación de empresas o mediante alianza".

En Internet, la creación de IMI, un portal horizontal de consumos indirectos para pymes que se lanzará este año, es uno de las iniciativas.

La evolución en Bolsa de TPI centró alguna de las intervenciones de los accionistas. La presidenta aseguró que a ella también le gustaría que fuera mejor, "pero desde la salida a Bolsa hemos subido el 7% y el Ibex ha caído el 9,4%. Queremos recuperar las cotizaciones que tuvimos en el pasado, aunque algunas eran exageradas, y estamos seguros de que pasará".

La caída de la acción ha llevado a TPI, al igual que a Móviles, a modificar el plan de opciones y fijar el precio de ejercicio de las que no están adjudicadas en función de la nueva cotización. El dividendo, de 19,32 pesetas por acción, se pagará el 25.

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