La expansión de EdF en España recibirá hoy el veredicto de Bruselas

El sector eléctrico europeo tiene cita hoy en Bruselas. El comisario de Competencia, Mario Monti, se pronunciará sobre la participación de la compañía alemana EnBW (participada a su vez por la francesa EdF) en Hidroeléctrica del Cantábrico. El ministro Rodrigo Rato también estará atento, pues ha rogado a Monti que le devuelva el expediente.

Monti puede defraudar hoy a Rodrigo Rato y a EdF. El comisario se resiste a otorgar al ministro español la última palabra sobre la operación, a pesar de que la misma tendrá un impacto casi exclusivo en el mercado español. En cuanto al monopolio francés, parece inevitable que pague un alto precio para obtener el visto bueno a su inversión, tanto en Madrid como en Bruselas.

Monti no dudará en exigir a EdF, como ha hecho ya en anteriores ocasiones, la venta de activos tanto en Francia como en terceros países. Por su parte, Rato podría autorizarle la inversión, pero limitando su derecho de voto en Cantábrico al 2%, una cuota escasa para una participación de casi el 60% que EnBW (Energie Baden-Württemberg) ha logrado en coalición con Ferroatlántica.

Sobre la mesa de Monti, desgranan fuentes próximas al comisario, se apilan cuatro hipótesis de trabajo. La primera es la autorización o prohibición, hoy mismo, de la operación, descartando de paso la solicitud de Rato de que se le remita el expediente. Muy poco probable parece la segunda hipótesis: aprobación de una parte del expediente y remisión del resto al Gobierno español. Una tercera posibilidad sería que Monti reenviase completo el expediente al Gobierno, pero, en ese caso, la UE perdería la oportunidad de exigir a EdF la venta de activos. Además, el currículum de Rato, tras la prohibición de la fusión de Cantábrico y Fenosa, hace prever que aplicaría una cirugía drástica, pero sin lograr un aumento de la competencia en el sector eléctrico europeo.

Monti sopesa las tres hipótesis, pero el entorno del comisario da pábulo a una cuarta, pero para Edf y Rato. Bruselas puede optar por abrir una investigación con detenimiento de cuatro meses, inusual para operaciones de esta envergadura, pero útil si Monti quiere iniciar el regateo de concesiones con la empresa pública francesa.

"Sin prejuzgar el examen en curso", anunció Monti ante el Parlamento Europeo esta semana, "puedo asegurar que prestaremos la máxima atención a la reducción de la competencia en el mercado afectado".

Monti y sus acólitos recuerdan siempre el ejemplo de la inversión de EdF en EnBW, que les permitió arrancar al monopolio francés la venta de los 6.000 megavatios de generación (equivalentes a seis centrales) que, precisamente, fue a anunciada ayer por la empresa. Parece plausible que el comisario quiera repetir la experiencia y la todavía minoritaria inversión de EdF en la italiana Montedison no se lo permite.

 

Mario Monti y el oligopolio eléctrico español

El sector eléctrico español mira de nuevo a Bruselas, cuando las cuatro eléctricas españolas (Endesa, Fenosa, Iberdrola y Hidrocantábrico) aún notan el sabor amargo de su último encuentro con el comisario de Competencia. La intervención de Mario Monti truncó el sueño del cobro y titulización de un billón largo de pesetas como compensación por los costes de transición a la competencia (CTC) que el Gobierno de José María Aznar había garantizado al oligopolio durante su primera legislatura.

Ahora, es sólo Hidrocantábrico (HC), y por pasiva, la que visita el despacho del comisario para buscar la viabilidad de la inversión francesa en su proyecto empresarial. La participación en HC de Electricidade de Portugal (EDP), también con capital público como EdF, recibió el visto bueno de la Comisión sin iniciar una investigación formal. El Gobierno, no obstante, suspendió cautelarmente durante tres meses el derecho de voto de la portuguesa aplicando la Ley de Acompañamiento del Presupuesto de 2000.

EdF también ha sufrido esta norma, que Bruselas a su vez investiga por si violara la libertad de circulación de capital. En cualquier caso, el control total de la empresa por parte del Estado francés presagia a EdF muchas más dificultades que a EDP.