Los parados catalanes rechazan ofertas de trabajo agrario en Lleida
Sólo el 7,5% de los parados catalanes invitados a trabajar en la recogida de fruta de Lleida (unos 25.000) han aceptado escuchar la oferta concreta de trabajo, según informa la Generalitat. Los productores buscarán la mano de obra en Colombia y Marruecos, como en campañas pasadas. La oferta es ocho horas de trabajo, seis días a la semana, con 104.000 pesetas netas.
Trabajar ocho horas diarias de lunes a sábado, en pleno verano y con un sueldo medio neto de unas 104.000 pesetas, no seduce a los parados catalanes. æpermil;sta es la conclusión de las primeras gestiones de selección de trabajadores que lleva a cabo el sindicato Unió de Pagesos (UP) para atender las más de 4.000 ofertas presentadas por empresas y agricultores para trabajar en la campaña agraria de verano. El desinterés de los desempleados catalanes "obligará" a contratar en origen a unos 550 marroquíes y colombianos, según las previsiones de UP.
El Departamento de Trabajo de la Generalitat, en su papel de intermediario laboral, ha remitido este año 25.000 cartas a parados catalanes para "invitarles" a inscribirse en una bolsa de trabajo. Hasta el momento, la respuesta obtenida es escasa, ya que tan sólo 1.856 personas, un 7,5%, han respondido al llamamiento. Las cifras reflejan una situación similar a la registrada el año anterior cuando Trabajo remitió 10.000 cartas, de las que fueron contestadas 800, y tan sólo 400 personas acabaron trabajando en la campaña de fruta de Lleida.
Unió de Pagesos, encargado junto al sindicato JARC de la selección de trabajadores a partir de la bolsa de trabajo creada, ya ha contactado con un 33% de las 1.856 personas (un 22% mujeres y un 78% hombres) inscritas con un resultado poco optimista: a un 43% ya no le interesa después de conocer las condiciones laborales (horario, salario y tipo de alojamiento), un 14% no está localizable y un 16% dice que ya trabaja, mientras que únicamente interesa a un 11% y a otro 16% le interesa, pero con condiciones horarias de media jornada. La mayoría de los que sí están interesados son magrebíes residentes en Cataluña.
Según UP, estos datos avalan la gestión del sindicato de contratar en origen a trabajadores de terceros países para garantizar las necesidades de mano de obra tanto de grandes empresas como de pequeños agricultores, pese a las reticencias que muestran UGT y CC OO.
En opinión del responsable de campaña del sindicato, Joan Josep Vergés, "hemos iniciado la preselección de mujeres marroquíes y de colombianos para que, en el momento en que sea necesario, puedan incorporarse de inmediato". Frente a las 70 mujeres marroquíes y 175 colombianos que trabajaron en la campaña de 2000, UP ha preseleccionado este año a 250 mujeres procedentes de Marruecos y a 300 colombianos. A estos trabajadores se les aplica el llamado contrato en origen que permite contratar extranjeros no comunitarios siempre y cuando no se pueda atender la demanda con la oferta nacional. Esta modalidad contractual, que fue aplicada por el Gobierno por primera vez en el sector agrario de Lleida en 1.999, obliga al trabajador a regresar a su país de origen una vez finalizada la relación laboral. De este colectivo, 50 mujeres marroquíes y 80 colombianos trabajarán en el Centro Logístico Frutícola de la cooperativa Actel.
El contrato en origen, sin embargo, no cuenta con el beneplácito de UGT y CC OO. Tanto el responsable de campaña de CC OO en Lleida, Valentín Antúnez, como el secretario general de UGT Lleida, Dionís Oña, son partidarios de las "migraciones interiores, de apurar las listas de parados nacionales y de facilitar la contratación de los extranjeros que ya están aquí". Según Oña, la contratación en origen "pueda dar pie a conflictos sociales".
Según UP, en la campaña de fruta de 2000 un 80% de los temporeros fueron inmigrantes legalizados en el país de 32 nacionalidades distintas, de los que un 45% eran marroquíes.