Los fondos critican con dureza la gestión de Sommer al frente de Deutsche Telekom
Ron Sommer vivió ayer una de sus peores jornadas como presidente de Deutsche Telekom. La junta de accionistas se anticipaba agitada y cumplió todas las expectativas, con fuertes críticas a su gestión por parte de los mayores fondos de inversión que tienen acciones en la compañía.
"Como accionistas, estamos descontentos con la evolución tanto de la acción como de la gestión. La dirección debe aceptar que es responsable de la mala evolución de la cotización". Estas palabras proceden del representante de Union Investment, el tercer fondo de Alemania, que tiene invertidos 83.193 millones de pesetas en Deutsche Telekom.
El ambiente de una junta a la que acudieron 9.500 accionistas pone más presión aún sobre Ron Sommer, al que muchos señalan como responsable de la mala situación de la operadora que preside. Las exigencias de dimisión se han repetido en el último año y se intensificaron ayer, en una asamblea que venía caldeada por la reiteración de presuntas irregularidades en los balances de los últimos ejercicios y por el declive de una compañía que vale hoy en Bolsa 13,3 billones, frente a los 52,7 billones que llegó a alcanzar.
Sommer desmintió todas estas acusaciones, entonó el mea culpa por la caída de la acción y prometió mejoras en Deutsche Telekom. Nada convenció a los accionistas. Los títulos de la operadora, que ya han perdido el 75% de su valor, caían ayer otro 3%.
Los inversores criticaron también la cuantiosa compra de VoiceStream, valorada en cinco billones, que les dará entrada en Estados Unidos, lo que contrasta con el inmovilismo en Europa. Recordaron, asimismo, que Deutsche Telekom malogró su alianza con France Télécom en su búsqueda de una fusión con Telecom Italia que los accionistas de la empresa italiana rechazaron. Las recriminaciones llegaron hasta el excesivo gasto realizado en UMTS.
Sommer se defendió como pudo y presentó un proyecto sin cifras basado en la reducción de los costes y en la mejora de los resultados. Anticipó un crecimiento del 10% en el Ebitda (flujo de caja operativo) para este año, después de unas pérdidas en el primer trimestre de 59.566 millones. "Hemos puesto en marcha medidas para aumentar la eficiencia y la calidad. Junto con nuestros esfuerzos para abrir nuevos mercados y nuevas líneas de negocio, queremos también mejorar significativamente los resultados operativos". El discurso no convenció a los inversores.