ING Direct concentra en Madrid casi la mitad de sus 300.000 clientes
ING Direct ha cumplido en mayo su segundo aniversario en España con unos resultados superiores a los del resto de la banca directa. En 2000 consiguió el 5% de los nuevos depósitos captados por todo el sistema financiero y fue el sexto banco que más pasivo captó. Su clientela sigue siendo fundamentalmente urbana y casi la mitad se concentra en Madrid.
Ing Direct ha cumplido su segundo aniversario en mayo con resultados mucho mejores de los que registran otras entidades de banca directa (sin sucursales). Cerró el 2000 con más de 328.100 millones de pesetas en fondos gestionados, seis veces más que a finales de 1999, y 230.000 clientes, un 454% más. En los tres primeros meses de este año estas cifras han aumentado en torno al 30%, con lo que supera ya los 417.600 millones de pasivo y roza los 300.000 clientes. Eso significa que en sólo dos ejercicios de existencia ha captado en torno a 570 millones de depósitos al día y una media de 410 clientes diarios.
De manera fulgurante y gracias sobre todo a su producto estrella, la Cuenta Naranja, se ha convertido en la primera entidad de banca directa, el segundo banco extranjero en el mercado español, por detrás del Deutsche Bank, y el undécimo de todos los bancos en España por volumen de pasivos, por encima de entidades como Barclays Bank, Guipuzcoano o Banca March. En 2000 fue el sexto banco que más pasivo en balance captó, a poca distancia de Bankinter.
Sin embargo, el éxito de ING no se reparte por igual en todas las zonas de España. A pesar de ser un banco sin sucursales y que todo el mundo tiene acceso al teléfono, el principal canal de captación de su negocio, el mercado de ING es esencialmente urbano.
Sólo en Madrid cuenta con casi la mitad de la clientela, con lo que son las entidades con mayor cuota de mercado en este área, sobre todo Caja Madrid, las que más sufren la competencia del banco naran-ja. Lo tiene más difícil en Cataluña, donde la fuerte implantación de las dos cajas catalanas apenas deja hueco a nuevas entidades. Así, sólo un 11% de los clientes son de Barcelona; un 4%, de Valencia; un 3%, de Sevilla, y el 34% que queda, del resto de España. ING obtiene sus fondos fundamentalmente del segmento de población entre 25 y 45 años y el depósito medio de sus clientes ronda el 1,5 millones de pesetas. "Esto no es banca privada, nuestro negocio no es el que nos deja 100 millones sino el que es capaz de ahorrar un millón".
"Muy poco, muy bueno y casi sin coste"
La retahíla de cifras lleva detrás toda una filosofía de negocio, muy diferente a la que tradicionalmente impera en la banca. Un banco con el compromiso de remunerar el dinero con la mayor rentabilidad del mercado. No tiene comisiones ni importes mínimos, opera esencialmente por teléfono e Internet. Y además, presume de tener la plantilla más simpática de toda la banca española.
De puro sencilla, la oferta parece irresistible. El director general, César González-Bueno, lo tiene claro: "Queremos cambiar la relación del cliente con la banca. Desenmarañar toda la complejidad. Quien se acerca a nosotros para dejar su dinero no necesita ser un experto financiero. Lo ideal es dedicar al banco el menor tiempo posible".
Está convencido de que la sencillez es la clave del éxito del proyecto, por eso arruga el gesto cuando se le pregunta para cuándo los créditos o las domiciliaciones de recibos. "Lo seguimos pensando, pero es algo que aún no demanda nuestra clientela". Y es que ING nació bajo el lema Tu otro banco y, de momento, no piensa cambiar la estrategia. La fórmula: "Muy poco, muy bueno y sin apenas costes operativos".