Los productores piden apoyo al Gobierno para salvar el plátano canario
El armisticio entre la Unión Europea y EE UU, que el pasado 11 de abril puso fin a nueve años de guerra por la comercialización mundial del plátano, no ha contentado a los productores de las islas Canarias.
Una carta reciente, remitida por la patronal del sector (Asprocan) a los ministros de Agricultura y Exteriores, Miguel Arias Cañete y Josep Piqué, y al vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, advierte que "el nuevo régimen dará lugar al debilitamiento de la posición comercial y la capacidad de venta de las producciones comunitarias (...). Con ello, en 2006 habrá crecido considerablemente el desequilibrio que ya existe en el mercado entre la red comercial de la UE y la red de plátanos dólar, lo que propiciará que ésta dé el salto al arancel único".
De las 800.000 toneladas de plátanos que produce la Unión Europea, 400.000 corresponden a Canarias; 50.000, a Madeira (Portugal), y el resto, a Martinica y Guadalupe (Francia).
Perdida esta guerra, los agricultores canarios han pedido al Gobierno español que se prepare para defender los derechos del sector en las reformas que se avecinan.
En 2006, habrá de revisarse el acuerdo alcanzado el pasado 11 de abril y las multinacionales quieren que se sustituya el actual sistema de contingentes por el de arancel único.
A juicio de los canarios, si se suprimen los contingentes, las multinacionales del banano entrarán en una guerra de precios que llevará a la ruina la producción insular y muy especialmente la de la isla de La Palma, cuya economía se sostiene en un 70% gracias al plátano. Según los cálculos de Asprocan, sólo un arancel de 350 euros (58.000 pesetas) por tonelada de fruta evitaría el descalabro de esta industria.
La sustitución de los contingentes no es el único asunto que preocupa. La sospecha de que la próxima revisión de la política agraria común (PAC) traerá consigo una modificación a la baja de las ayudas -hoy en 106 pesetas el kilo comercializado- ha provocado también la movilización del sector, que la pasada semana se reunió con Aldo Longo, jefe de la Unidad del Plátano de Bruselas, para exigir que se consoliden las subvenciones.
Pero ni Arias Cañete ni Longo han dado garantías, porque después de la crisis de las vacas locas, Bruselas está decidida a primar la seguridad alimentaria frente a las rentas agrícolas.