Germaine de Capuccini cerrará su fábrica de Venezuela porque dice que no es competitiva
La empresa de cosmética Germaine de Capuccini cerrará próximamente la fábrica que posee en Venezuela, ante el progresivo encarecimiento del proceso de producción en ese país, que, según dice, ya es más costoso que el de la fábrica de Alcoy (Alicante).
La planta venezolana es la única de la empresa fuera de España, inaugurada en 1985, debido al cierre del mercado local a las importaciones. Venezuela era el primer país al que la empresa alicantina había empezado a exportar en 1978, con muy buenos resultados -era la tercera marca, en competencia con las multinacionales-, por lo que la compañía decidió establecerse allí. Según asegura el consejero delegado de Germaine de Capuccini, Jesús Vidal, "antes se pagaban pocos impuestos y era barato, pero ahora la gente fabrica poco, hay muchos impuestos legales y no legales y los salarios suben des-propor-cionada-mente". Según Vidal, "en esta situación es imposible hacer economías de escala".
Otro de los motivos que han llevado a la compañía alicantina a prescindir de la planta venezolana es su escaso éxito en el mercado latinoamericano. Según Jesús Vidal, "la filial de Venezuela sirve sólo al mercado interior, porque el resto de países de la zona prefieren los productos europeos, aunque son los mismos".
La empresa ha comprobado cómo en México, donde es más barato un producto fabricado en Venezuela, prefieren el mismo artículo producido en Alcoy. "Europa está de moda allí y la gente que puede pa-gar un poco más prefiere lo eu-ropeo", asegura Jesús Vidal. Según la compañía, el cierre de la planta, don-de trabajan unas 80 personas, no tendrá ninguna repercusión en la evolución del negocio internacional de Germaine de Capuccini, que coordina su oficina de Barcelona.
Las ventas internacionales supusieron el año pasado un 39,5% de la facturación de la sociedad, que ascendió a 2.898 millones de pesetas (17,42 millones de euros).
La empresa presidida por Carmen Vidal -reciente Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y premio Nova de la Generalitat Valenciana-, vende sus productos exclusivamente a esteticistas de más de 60 países, entre ellos la mayoría de los europeos y los del continente americano. Germaine de Capuccini tiene dos filiales de distribución en Venezuela y Colombia, que se mantendrán activas.