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Hacienda renuncia a la tasa sobre el consumo de carne

El Ministerio de Hacienda está considerando dar marcha atrás a su propósito de crear una figura tributaria que financie las pérdidas en el sector ganadero y en el de la alimentación, provocadas por la detección en España de los primeros casos de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o mal de las vacas locas.

Esperar y ver". Esta máxima que ha hecho popular en las últimas semanas el presidente del BCE, Wim Duisenberg, en su toma de decisiones sobre política monetaria en la zona euro, parece que ha calado también en el Gobierno español. Hace tan sólo 10 días el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, anunciaba que la reforma del impuesto de sociedades, prevista para este año, se iba a retrasar, sin precisar fechas, quedando condicionada a la coyuntura económica. Ahora el Gobierno se está replanteando también su idea inicial de financiar la crisis de las vacas locas con una tasa sobre el consumo de carne, utilizando como argumento la conveniencia de no precipitarse en sus decisiones hasta comprobar los efectos reales de la enfermedad sobre el sector ganadero y de la alimentación. Guiado por el ejemplo francés, que financia con una tasa los gastos generados por esta crisis ganadera, el Ejecutivo anunció a principios de año la implantación de un tributo similar, que gravaría la fase de la distribución, para ayudar a pagar los aproximadamente 100.000 millones de pesetas que costará la crisis, al me-nos durante el primer año.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha encontrado con problemas de orden jurídico y de ca-rácter competencial a la hora de redactar un tributo de este tipo.

Hacienda pretendía que esta tasa la aplicase cada Gobierno regional en su respectivo territorio. Ahora, el departamento de Montoro cree que se va encontrar con muchas dificultades para ha-cer compatible esta tasa en todo el territorio nacional. Además, estima que la tasa acabará repercutiendo sobre los precios de consumo, con su consiguiente efecto inflacionista. Como alternativa, el Gobierno estudia ahora prorrogar las ayudas que aprobó el 7 de abril por 64.000 millones de pesetas (14.225 millones en ayudas directas y 50.000 millones más en créditos blandos del ICO).

 

Se suavizan las prohibiciones por la aftosa

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer una orden por la que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) permite la celebración de ferias y mercados ganaderos, prohibidos desde la aparición de fiebre aftosa en la Unión Europea.

El consejero de Agricultura de Cataluña, Josep Grau, aseguró ayer que la Generalitat mantendrá sus propias "medidas preventivas" contra la fiebre aftosa, pese a la entrada en vigor de una resolución de la UE que establece que "ya se puede importar y exportar ganado" vivo, exceptuando el procedente de Holanda, Reino Unido, Irlanda y parte de Francia.

Por otra parte, el Reino Unido es responsable de la propagación del mal de las vacas locas, según un informe parlamentario francés divulgado ayer, que también pone de relieve los "errores, negligencias y retrasos" de la UE y Francia. En sus 362 páginas, el texto del Senado dibuja una demoledora radiografía sobre la que juzgan como mala gestión de la crisis del mal de las vacas locas.

 

España ha sacrificado el 15% de las reses de 30 meses

España ha sacrificado hasta ahora 38.739 reses dentro del programa de sacrificio de animales de más de 30 meses para atajar el mal de las vacas locas, aunque se había comprometido a retirar por tal método del mercado 180.000 reses antes del último día de este año. La CE propuso inicialmente a España la retirada de 270.0000 cabezas de ganado hasta junio, y se han sacrificado el 14,7% de ellas. Es decir, los ganaderos tienen todavía ahora en sus establos la gran mayoría de la cabaña.

El Ministerio de Agricultura justificó las ayudas directas a los ganaderos por va-lor de 14.000 millones de pesetas ante la necesidad de garantizar el eficaz funcionamiento del plan de sacrificio de reses mayores de 30 meses. Este programa, que se inició con un retraso de dos meses sobre la fecha prevista, no ha logrado todavía los resultados esperados e impuestos por Bruselas.

Bruselas aprobó en su día dos medidas para intentar reequilibrar el maltrecho mercado de carne de vacuno. El primero de estos programas consistía en la compra de carne, medida habitual en otras épocas de crisis; el segundo proponía sacrificar 1.748.000 cabezas de vacuno.

España ha gastado hasta la fecha 20.051 millones de pesetas en la compra de 52.767 toneladas de carne, pero la fórmula del sacrificio sigue sin convencer a los ganaderos. Las actuaciones de intervención y regulación del mercado incluyen también el almacenamiento privado de 955 toneladas de vacuno.

Agricultura opina que el escaso cumplimiento del plan se debe en parte a las expectativas que se han creado en torno a la recuperación del mercado; aunque, qué duda cabe, el bajo precio al que se paga el canal influye en la decisión de los propietarios. Las últimas cotizaciones están en 262-333 pesetas el kilo.

La crisis está amainando y en los últimos meses el número de reses a las que se ha detectado EEB ha sido muy inferior a las de principios de año, lo que permitirá que los consumidores vuelvan a asomarse con cierta timidez a las carnicerías.

El control de la carne que entra en la cadena de distribución se ajusta a las previsiones, aunque hasta el 1 de julio no se aplicarán los tests a todos los animales mayores de 30 meses. En este punto, Ganadería quiere hacer una excepción, excluir a las reses bravas para evitar el exterminio de los hierros españoles. La caída del consumo entre noviembre y marzo ha sido del 25%. En enero de 2000, el consumo fue de 27,10 millones de kilos; un año más tarde cayó a 17,01 millones.

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