El ex director de una rural se jugó en Bolsa 170 millones de la caja
La Caja Rural de Mota del Cuervo (Cuenca) afronta una inversión irregular de 170 millones de pesetas, un 3,2% de sus activos, 5.327 millones de pesetas (31,4 millones de euros). Su ex director general, Venancio Cruz, lo invirtió en Bolsa con fines personales y tuvo pérdidas de más de 50 millones, según fuentes del sector. La rural le ha despedido e indemnizado con 20 millones, que Cruz ha devuelto a la entidad.
Fraude" es la palabra que emplean en el sector de cooperativas de crédito para calificar la oscura operación que ha sufrido la Caja Rural de Mota del Cuervo (Cuenca), una de las rurales más pequeñas del país. El que durante más de 13 años fue director general, Venancio Cruz, empleó dinero de la entidad -y, por tanto, de los socios de la coo-perativa, que son los clientes- para invertirlo en Bolsa, según fuentes del sector.
Durante más de un año invirtió hasta 170 millones de pesetas (más de un millón de euros) con fines personales, y nadie lo hubiera descubierto de no ser porque él mismo se delató hace un mes.
Con su cargo de director general y "en un exceso de sus atribuciones", dicen los conocedores de la operación, no tuvo problema para realizar las inversiones, ni tampoco para ocultarlas.
El Banco de España realizó una inspección en la entidad hace 19 días, tras descubrirse la operación irregular. La cantidad destinada a comprar acciones representa el 3,2% de los activos, 5.237 millones de pesetas (31,4 millones de euros) a diciembre del año pasado.
Cruz borraba toda huella de sus movimientos bursátiles en el sistema informático a finales de cada mes para eludir posibles inspecciones y volvía a introducirlos pocos días después para seguir invirtiendo.
De hecho, en la cuenta de resultados del año pasado, en el apartado de acciones y otros títulos de renta variable figuran cero pesetas.
La auditoría externa obligatoria tampoco parece haber encontrado irregularidades. Finalmente, y ante las sucesivas y crecientes minusvalías, el ex director general reveló sus movimientos. La caja rural se encontró con un agujero de más de 50 millones de pesetas (300.500 euros), casi igual al beneficio neto del año pasado, que ascendió a 62 millones de pesetas (372.600 euros).
No afectará al balance
Sin embargo, el dinero "ha sido restituido casi en su totalidad y apenas afectará ni al balance ni a la cuenta de resultados de la caja rural", aseguran fuentes cercanas a la entidad.
La cooperativa de crédito le despidió fulminantemente, pero, pese a la maniobra del ex directivo, decidió acordar una indemnización de en torno a 20 millones de pesetas, que el implicado ha devuelto para hacer frente a sus propias pérdidas bursátiles.
El ex director ha tenido que vender patrimonio propio, incluidas unas viñas de su propiedad, para abonar lo adeudado. Aun así, no ha sido suficiente. Y la rural le ha concedido un préstamo a medio plazo por importe de varios millones para acabar de reponer lo perdido.
La rural no ha querido entrar en detalles sobre esta indemnización. El sucesor de Venancio Cruz, José Alberto Bascuñana, señaló que es la estipulada en un despido co-mo el que se ha aplicado al ex director general. Primero ne-gó la operación: "Lo del agujero es falso". Pero luego aceptó que los movimientos de Cruz "también han llegado a nuestros oídos". De hecho son la razón de su despido.
El 30 de mayo la entidad celebrará su asamblea, donde se presentará la auditoría, realizada por Ernst & Young, sobre el ejercicio de 2000, durante el que se dieron parte de estas irregularidades.
El resultado neto de esta caja rural, con una única oficina y ocho empleados, creció el año pasado casi un 60%, desde los 39 millones de pesetas (234.000 euros) registrados en 1999. Tiene una cartera de créditos por valor de 1.538 millones de pesetas (9,2 millones de euros) y depósitos por 4.663 millones de pesetas (28 millones de euros), sólo un millón más que en 1999.