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Los mercados celebran la victoria de Berlusconi

Silvio Berlusconi vuelve al poder siete años después tras ganar claramente las elecciones generales celebradas el domingo en Italia. Con una participación que superó el 81%, los partidos que forman la Casa de las Libertades, liderada por el magnate milanés, han obtenido la mayoría absoluta en las dos Cámaras, con un respaldo del 42,5%, frente al 38% del Olivo de Francesco Rutelli.

Siete años después, el magnate de los medios de comunicación y candidato conservador, Silvio Berlusconi, regresa al poder, del que fue desalojado de forma fulminante por las acusaciones de corrupción, con su clara victoria en las elecciones celebradas el domingo en Italia bajo el signo del caos.

Los electores no se dejaron influir por las duras advertencias que ponen en duda el talante moral de Berlusconi para gobernar y le dieron un apoyo sin fisuras, refrendado por la masiva asistencia a las urnas (81%). A falta de datos definitivos, 14 horas después del cierre programado de los colegios, el escrutinio anuncia, ya sin sorpresas, una amplia mayoría para el líder de la Casa de las Libertades, tanto en la Cámara de Diputados con en el Senado.

Con el recuento prácticamente finalizado, la coalición de centroderecha se adjudica en la Cámara alta el 42,5% de los votos, frente al 38,7% del Olivo, diferencia que se acentúa con el reparto de escaños. Berlusconi tiene ya adjudicados, según datos oficiales, 174 de los 315 escaños del Senado, cuando faltaban todavía una docena de escaños por computar; Rutelli acapara 120. El Senado tiene también nueve miembros vitalicios no electos, por lo que se necesitan 163 para conseguir una mayoría absoluta. Las distancias se acrecientan en la Cámara baja, donde el Polo y la Liga Norte se adjudican 237 de los escaños ya atribuidos y la coalición de centroizquierda 175 de un total de 630.

La cruz de la derrota fue para el candidato de la coalición progresista El Olivo, Francesco Rutelli, que vio como la remontada que soñó durante toda la campaña se convirtió al final en una auténtica pesadilla a la luz de los volátiles sondeos. Aceptó la derrota y anunció que practicará una oposición "incisiva e intransigente" ante el futuro Gobierno de Berlusconi.

Advertencia de Bruselas

Por otra parte, la UE no descarta tomar medidas contra el nuevo Gobierno italiano en la que se integran partidos considerados xenófobos, para evitar que se repita el caso de Austria, avanzó ayer lunes el primer ministro sueco, Goran Persson. "Es prematuro" tomar una decisión al respecto, porque todavía "no sabemos cuál será el Gobierno que se formará en Italia".

Según Persson, "en Niza nos pusimos de acuerdo para reaccionar a este tipo de situaciones, a Gobiernos que no estén en línea con lo que defiende Europa". Por lo que se refiere a Italia, la UE podría ponerlo en marcha si finalmente Berlusconi incluye en su Gobierno a representantes de algunos de sus aliados como la Liga Norte o la Alianza Nacional, considerados de tendencia xenófoba.

 

La Bolsa celebra la victoria

de la derecha

Los inversores italianos aplaudieron ayer el triunfo de la coalición de centroderecha que encabeza Silvio Berlusconi. La Bolsa de Milán hizo caso omiso al nerviosismo del resto de mercados -a la espera de la reunión de hoy de la Reserva Federal estadounidense- y fue la única de las grandes plazas europeas que cerró con ganancias. El índice Mib 30, que incluye las principales firmas cotizadas, avanzó el 0,62%.

Aunque el volumen de negociación fue moderado, la mayoría de la Casa de las Libertades aleja el peligro de un Gobierno inestable, el principal temor antes de las elecciones.

Algunos valores beneficiados fueron los ligados al grupo Fininvest, propiedad de Berlusconi, como la financiera Mediolanum (1,67%). El grupo de comunicación Mediaset, que estuvo al alza toda la sesión, cayó al cierre el 0,7%.

Otras empresas que sostuvieron la subida fueron las eléctrica Enel y Edison, la automovilística Fiat y la constructora y concesionaria de autopistas Autostrade, favorecida por el programa de obras públicas de Berlusconi.

 

El caos electoral refleja el deterioro político del país

Centenares de colegios cerraron de madrugada

La demora en el cierre de miles de mesas electorales y la falta de datos oficiales durante muchas horas caracterizaron una noche electoral en Italia que rayó en el escándalo y que ha puesto en el disparadero al ministro del Interior, Enzo Bianco.

Para favorecer la afluencia ordenada al voto, el Gobierno había dispuesto que los colegios permanecieran abiertos desde las 06.30 hasta las 22.00 horas, pero la realidad desbordó cualquier previsión y las elecciones se prolongaron más allá de la medianoche en cientos de localidades en toda Italia.

Ello se debió a diversos factores como la complejidad de la papeleta usada en esta ocasión, de grandes dimensiones, con decenas de símbolos y que debía ser marcada a mano, un proceso que en circunstancias normales exigía varios minutos. La participación superó levemente el 81% y fue un punto y medio inferior a los comicios de 1996, por lo que no cabe atribuir los problemas a ese hecho.

Sí es cierto que la afluencia de los ciudadanos fue masiva a última hora de la jornada, lo que se unió a la escasez de cabinas para votar en secreto y la reducción de las mesas electorales (un tercio menos que en 1996), una decisión adoptada hace tres años por motivos presupuestarios y que ahora se revela errónea.

La situación se hizo especialmente grave en Roma, donde los colegios cerraron cuatro horas y media más tarde de lo inicialmente previsto, así como en Turín y Nápoles, donde se clausuraron al menos tres horas más tarde, ya que aquí también se votó para elegir a los nuevos alcaldes.

En Reggio Calabria los últimos votantes ejercieron su derecho a las cinco de la madrugada, culminando una cadena de despropósitos que se tradujo en el colapso en cientos de colegios durante todo el día, con colas de hasta dos horas a mitad de jornada, pese a que el ministerio se vio obligado a improvisar medidas. Entre ellas el reparto adicional sobre la marcha de cabinas para votar en secreto o la circular de urgencia, enviada por Interior a los prefectos (gobernadores civiles), para que permitieran el voto a todos aquellos que a las 10.00 de la noche estuvieran en la fila, incluso fuera de los colegios, en la calle.

Ese hecho dio como resultado el retraso en el conocimiento de un dato tan simple como el índice de participación o el de los resultados, que ni siquiera se sabía al 100% pasado el mediodía del lunes.

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