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El Gobierno legislará para erradicar el fraude del cerdo ibérico

Sólo el 20% de los jamones que se venden como ibérico lo son: el resto es cruce en mayor o menor medida. Sólo es de bellota entre el 20% y el 30% de los jamones no amparados bajo denominación de origen, la mayoría, aunque la etiqueta lo afirme. Se venden como ibéricos lomos de la raza húngara Mangalitza o productos de la raza Duroc criados en intensivo. El mercado de porcino de tronco ibérico sufre un fraude "bestial" y Agricultura quiere poner orden en él.

Aunque no lo tiene nada fácil porque la redacción de la normativa que regulará la calidad de jamón, paleta y caña de lomo de cerdo ibérico en España, que aparecerá en una o dos semanas, está siendo ardua en relación a determinados puntos. Por ejemplo, el que determinará la definición de los productos. La Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico -Aeceriber-, que preside el ex ministro Alberto Oliart, se muestra tajante: "Sólo puede denominarse ibérico el producto que proceda de animales ibéricos puros", sostiene, su secretaria técnica, Elena Diéguez. Y claro, en las empresas productoras cunde el pánico ante la eventualidad de que haya que indicar en la etiqueta que el producto no es ibérico puro, sino un cruce.

Por ello, Diéguez dice que "el propio ministerio engañaría a los consumidores si autorizara esas denominaciones". Sin embargo, en el sector se valora muy positivamente que por fin se haya abierto el debate sobre la regulación tanto de la producción como del mercado del porcino de tronco ibérico puesto que tanto criadores, como productores o denominaciones de origen coinciden en afirmar que el fraude es "bestial".

"En realidad, ni siquiera es fraude, puesto que como no existe ninguna normativa, nadie está vulnerando la ley", dice Jesús Manuel de la Gándara, de la denominación de origen Guijuelo.

La raza Duroc o Duroc-Jersey también luce una resplandeciente pezuña negra y además posee menos grasa, los animales son de mayor peso con ciclos de alimentación más pequeños y, en definitiva, son más rentables.

Pues bien, según Aeceriber, de los aproximadamente 10 millones de jamones y paletas procedentes de cerdo de tronco Ibérico, sólo un 20% es ibérico puro. El 80% restante puede ser cruce de Duroc con Ibérico puro, cruce de Duroc con Ibérico cruzado o lo más lamentable, Duroc puro. De esta manera, jamones que deberían ser vendidos a mayoristas a 2.000 pesetas kilo, están siendo cotizados a 4.500.

Otra forma de fraude proviene de los tradicionales productores de porcino blanco, que en los últimos tiempos han inundado el mercado de productos procedentes de la raza Duroc, criados en intensivo y sacados al mercado con apenas ocho meses, cuando los cánones dictan que el ibérico no vaya al sacrificio hasta los 16 meses.

 

La sobreproducción hunde los precios

Los precios en vivo del porcino ibérico han caído por primera vez en su historia al mismo nivel que las cotizaciones del cerdo de capa blanca. Las tablas de las lonjas marcan poco más de 3.000 pesetas la arroba para el cerdo de bellota y unas 2.400 para el ibérico de cebo (pienso), mientras que el cerdo blanco se ha disparado hasta las 3.162 pesetas la arroba. La causa, según el sector, encuentra sus raíces en el fraude. La incorporación de un ingente número de nuevos productores atraídos por los altos precios del cerdo de tronco ibérico ha multiplicado por tres la capacidad productiva.

De menos de un millón de animales registrados en 1998 se ha pasado a casi 2,7 millones. El cerdo cruzado y además de pienso ha saturado los mercados arrojando al abismo al cerdo de bellota. El de pienso sale primero, es más barato y ha acogotado la demanda. Además la alta sensibilidad del consumidor de pezuña negra provoca que sea este producto el primero que se elimina al intuir la más mínima crisis.

El refugio de los consumidores que ha supuesto el cerdo de capa blanca tras la crisis de las vacas locas ha originado insólitas escenas: productores de intensivo compran ibérico para abastecer el consumo de cerdo blanco

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