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INTERNACIONAL

El FMI ofrece un préstamo a México para utilizar en caso de crisis

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ofrecido a México un crédito de entre 10.000 y 20.000 millones de dólares que el país centroamericano podría utilizar en caso de crisis. Es la llamada Línea de Crédito Contingente (LCC), uno de los frutos de la reforma protagonizada por el organismo internacional.

El Fondo ha dejado atrás su habitual prevención al ofrecer a México una línea de crédito para utilizar en caso de crisis que el Gobierno de Vicente Fox está "estudiando" solicitar desde hace un mes. El país no recibiría el dinero de inmediato: la cantidad permanecería como un seguro al que México podría recurrir en caso de necesitarlo, pagando únicamente el coste financiero por su suscripción: 150 puntos básicos sobre el interés que habitualmente aplica el FMI a otros préstamos.

La LCC se diseñó en 1997 como una solución preventiva para países de finanzas sanas pero con temores al contagio en crisis regionales. No convenció. Nadie lo ha solicitado desde entonces, por miedo a que su petición despierte el pánico de los inversores internacionales.

Por ello, el FMI lo reformó, flexibilizando sus exigencias, y asegurando que sólo se concederá a cumplidores "de primera categoría". Su experiencia en la intervención para apagar el efecto Tequila, que golpeó los mercados mundiales en diciembre de 1994 a partir del anuncio de devaluación del peso mexicano, y los semi fracasos en la resolución de la crisis asiática le llevó a redefinir su política de préstamos: de apaga fuegos a asegurador. El que está cumpliendo, precisamente, con Argentina en estos momentos.

La estabilidad de México es una de las preocupaciones del Fondo. Este país está en mucha mejor situación que hace siete años: el peso es fuerte, la economía sigue creciendo y la inflación está bajo control, pero sortea como puede los efectos de la desaceleración estadounidense, palpables en 200.000 despidos en lo que va de año. La semana pasada anunció un recorte de 365 millones de dólares (unos 68.000 millones de pesetas) del Presupuesto federal y revisó a la baja su previsión de crecimiento para 2001 de 4,5% a 2,5%.

"Inevitablemente, el problema es que los países son reacios a ser los primeros en adoptar la LCC", reconoció Stanley Fisher, aún director adjunto del FMI en la cumbre de abril del Fondo y el Banco Mundial (BM). Para hacerlo más atractivo, el FMI asegura que sólo es concedido a países con finanzas públicas modélicas.

México prevé un déficit público de 0,65% del producto interior bruto (PIB) en 2001 y no tiene amenazas de crisis en el horizonte. De hecho, México pagó anticipadamente en noviembre pasado 5.000 millones de dólares de su deuda contraída con el FMI.

El Gobierno mexicano dijo que este crédito estaría ahí "por si hiciera falta". Cuenta con un aval ante los analistas internacionales, que son quienes mueven el dinero: su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, conocido por su mano férrea, además de contar con su subsecretario Agustín Carstens, que participó en el diseño de los bonos Brady, la solución a la crisis de deuda de los ochenta, y representó al grupo en el que se incluían México y España durante varios años ante el FMI.

 

El temor a Brasil y Argentina

México también se ve afectado por los temores que suscita en toda la región la situación de Argentina y, más recientemente, Brasil.

Argentina arrastra ya 34 meses de recesión cuyo final aún es incierto. La ayuda del FMI sólo ha propiciado tiempo al Gobierno para tratar de atajar la situación, con escaso éxito. Las dudas sobre su capacidad de pago de la deuda externa permanecen y, mientras tanto, la inestabilidad derivada de las diferencias en el seno de la alianza del Gobierno se agravan.

El panorama en Brasil ha sufrido un giro de 180 grados desde principios de año. A los efectos de la crisis argentina, se suma la depreciación del real que obligó al banco central a subir los tipos de interés para garantizar el control de la inflación. El Gobierno atraviesa una grave crisis en medio de acusaciones de corrupción que se agudizará según se acerquen las elecciones en 2002. Además, a partir del 1 de junio habrá cortes de luz para evitar un colapso energético que mermará el crecimiento de este año en torno a 1,5 puntos.

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