El repunte de la inflación en toda Europa cuestiona la rebaja de tipos
Los hechos han puesto en evidencia la bajada de tipos de interés realizada el jueves por Duisenberg y la argumentación utilizada para defenderla: la inflación repuntó severamente en las principales economías de la unión monetaria europea en abril. En España subió hasta el 4%; en Alemania, hasta el 2,9%, tasa desconocida desde hace siete años; en Francia, hasta el 1,8% desde el 1,3%; en Bélgica, hasta el 3%, y en Holanda, hasta el 5,1%. Además, en todos los países se produce cuando la actividad económica y el consumo privado están perdiendo pulso. En España los precios turísticos y la gasolina han provocado la subida. La tasa estructural, la subyacente, sigue avanzando y llega ya al 3,4%.
Los precios volvieron a dar la de arena en abril, y no parece que llegue la tregua que permita hablar de control de la inflación. El índice de precios de consumo (IPC) avanzó un 0,5%, que coloca la tasa acumulada en los cuatro primeros meses del año en el 1,3% (para un 2% estimado para todo el ejercicio), y la anual (la generada desde abril de 2000), en el 4%, frente al 3,9% del mes pasado. Con el 4% de inflación, España sigue muy alejada de la Unión Europea, pese a que en casi todos los países de la comunidad, especialmente en las dos primeras economías, los precios han subido notablemente en abril.
Este súbito rebrote de los precios en toda Europa se produce, sorprendentemente, cuando la actividad económica pierde pulso de manera sustancial. En España, concretamente, el Gobierno ha reducido la previsión de crecimiento hasta el 3,2%, y el propio Banco de España ya ha adelantado que en el primer trimestre el avance del PIB fue de un 3,8%, frente al 4,1% en el trimestre anterior. Además, uno de los componentes que más se ha debilitado en los últimos meses ha sido la demanda interna y consumo.
Sin embargo, la mayoría de las subidas que impulsaron el IPC de abril un 0,5% se produjo por la presión del consumo. Es el caso del turismo y la hostelería, que registró un avance de los precios del 1,1% por la demanda creciente en las vacaciones de la Semana Santa, con una aportación en el mes de 0,14 unidades, y que llevó la tasa anual al 5,9%. Tras los servicios turísticos fueron las gasolinas, con una subida del 0,8%, las que más aportaron al tirón del mes de abril, con 0,13 unidades, además de la calefacción, alumbrado y distribución de agua. Las tres subrúbricas juntas aportaron una subida del 0,324%.
El resto de los avances en el índice se produjo por el alza en la alimentación, especialmente en la patata y sus preparados (8,3% de subida en abril), las frutas y hortalizas frescas (1,7%) y los crustáceos y moluscos y preparados de pescado (1,6%).
Pese al avance de las gasolinas, los carburantes y combustibles registran caída del 2% en los cuatro primeros meses del año y una tasa anual del 5,2%, mucho más moderadas que las cercanas al 20% del pasado otoño. Estos meses salen ya de la tasa anual las primeras subidas fuertes registradas en marzo y abril de 2000.
Ayer el INE hizo también público el IPC armonizado, que se mantiene en el 4%, lo que reducirá el diferencial con la UE.
La subyacente prosigue su escalada y alcanza el 3,4%
La tasa anual de inflación subyacente (el incremento en los últimos 12 meses de los precios excluida la energía y los alimentos frescos) prosigue la escalada iniciada en marzo de 2000 (estaba en el 2,1%) y está ya en el 3,4%. Esta inflación, que mide los movimientos de los precios estructurales, los que escasamente se ven afectados por la volatilidad, es la que marca la verdadera tendencia de este desequilibrio, que se encuentra cada vez más cerca de la tasa general del IPC. Las estimaciones del Gobierno a principios de año señalaban que la tasa subyacente se cruzaría con la general por el descenso súbito de esta última cuando se flexibilizasen los precios de los carburantes; pero tal cruce podría ocurrir por la rampante trayectoria adoptada por la inflación subyacente en el último año, con subidas pequeñas, pero en casi todos los meses. Con la escalada de la tasa subyacente, se sitúa en unos niveles que no se registraban desde agosto de 1996, según los datos aportados por Estadística.
La inflación en los servicios se encuentra en una tasa anual del 4,6%, como consecuencia de la fuerte presión de la demanda, y especialmente en la actividad donde la competencia en la oferta no es dinámica.
Mantienen avances en los últimos 12 meses en sus precios productos y servicios muy superiores a la tasa general: el turismo y la hostelería, con un 5,9%; la enseñanza secundaria, con un 6,1%; publicaciones, con un 7,3%; los servicios médicos y similares, con el 4,8%; alquiler de viviendas, con el 4,3%; tabaco y bebidas no alcohólicas, con un 4,1%.
Por comunidades autónomas la inflación está en tasas anuales superiores a la media en Baleares (4,4%), Castilla y León (4,2%), Aragón (4,3%), Extremadura (4,1%), Murcia (4,7%), País Vasco (4,1%) y Rioja (4,2%). La comunidad con la tasa más baja es Canarias en abril, con un 3,4%.
Carnes y patata, un 20% más caras en un año
Los productos más inflacionistas en los últimos 12 meses son las carnes de ovino (24,8%), cerdo (29,4%) y ave (20,7%), así como las patatas y sus preparados (20,6%). Las fuertes subidas de las carnes se han producido desde los últimos meses de 2000 por la crisis de las vacas locas. En alimentación está en deflación el aceite y grasas, con un descenso anual del 16%.