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Los Quince se niegan a prohibir la exportación de productos peligrosos

La prohibición de exportar productos peligrosos fuera de la UE puede convertirse en un escollo para la aprobación de la directiva sobre seguridad del consumo. El texto elaborado por el Consejo, que será debatido la semana que viene por el Parlamento Europeo, suaviza la medida y aboga por permitir las exportaciones en algunos casos. Para la Eurocámara, la medida contradice el espíritu de la directiva.

Pese a que el comisario de consumo de la UE, David Byrne, ha señalado en alguna ocasión que modificar la directiva sobre seguridad de los productos se basa en una idea "sencilla" -comercializar exclusivamente mercancías seguras-, el proceso puede complicarse más de lo esperado.

El motivo es la decisión del Consejo de la UE de suavizar la prohibición de exportar productos peligrosos fuera de las fronteras comunitarias, una posición que choca frontalmente con las enmiendas que debatirá el Parlamento Europeo la próxima semana cuando examine el texto.

La posición de la Eurocámara, respaldada también por la Comisión Europea, defiende la prohibición total de este tipo de exportaciones a terceros países como una fórmula para evitar que los productos puedan volver a ser importados en territorio comunitario. La posición del Consejo, que la ponencia del Parlamento Europeo califica como "peligrosa", aboga únicamente por establecer prohibiciones parciales o incluso permitir la exportación de algunas de esas mercancías, pero no fija ningún criterio que permita determinar en qué casos debe permitirse la venta a terceros países y en qué casos no.

Otra de las propuestas que debatirá la Eurocámara y que no son apoyadas por el Consejo se refiere a la adopción de medidas para garantizar la seguridad de los servicios y la responsabilidad de las personas que los prestan, un aspecto que no está incluido en la directiva.

Alerta rápida

La propuesta de modificación de directiva que debatirá la próxima semana la Eurocámara tiene como uno de sus principales objetivos el establecimiento de un sistema rápido y simple para retirar del mercado europeo los productos peligrosos.

Así, el texto introduce una mayor transparencia en las normas de seguridad, potencia la vigilancia activa del mercado y refuerza el sistema de alerta rápida que existe en la UE (Rapex) para localizar la mercancía que es necesario retirar. La propuesta faculta a la Comisión Europea para adoptar medidas urgentes de intervención en el mercado (prohibir la comercialización de determinados productos, retirarlos de los establecimientos comerciales o recuperarlos si ya han sido adquiridos por los consumidores), que tendrán validez durante un año, en lugar de los tres meses que existen actualmente. La validez de esas medidas tendrá una duración ilimitada si se trata de un producto o de un lote aislado.

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