Las eléctricas invertirán 1,8 billones hasta 2005 para asegurar el suministro

Las compañías eléctricas invertirán 1,8 billones de pesetas entre este año y 2005 para garantizar el suministro, ya que en los últimos cinco años la demanda de electricidad ha aumentado a un ritmo del 6% anual, mientras que la oferta se ha mantenido estancada.

El presidente de la patronal del sector, Unesa, José María Amusátegui, pidió al Gobierno, al presentar la Memoria estadística eléctrica 2000, unas tarifas estables, acordes con la evolución de la inflación y que no disminuyan en términos reales. Amusátegui se mostró convencido de que el Ejecutivo tomará decisiones sobre el marco regulador antes del verano, gracias a las conversaciones mantenidas con las empresas. El presidente de Unesa considera que el marco dotará de mayor competitividad al sector para hacer frente a los movimientos que se están produciendo, sobre todo en Europa.

Amusátegui consideró necesarias estas inversiones (en su mayoría, en centrales de ciclo combinado) para evitar el síndrome de California. El conjunto de las inversiones previstas por las empresas en ese periodo suman casi seis billones de pesetas, de los que la mitad irá a expansión internacional. En diversificación, las empresas tienen un presupuesto inversor de 1.197 millones de pesetas.

Amusátegui también pidió al Gobierno señales claras sobre la viabilidad de sus proyectos, pues considera necesaria la estabilidad regulatoria para que se produzcan las inversiones previstas.

Las compañías tienen muy avanzados los planes para dar un mayor peso al gas en la generación de electricidad, ya que en 2005 se prevé que entre un 10% y un 15% del sistema de generación español se haga en ciclo combinado. Por eso, José María Amusátegui abogó porque se apliquen sin retrasos las medidas para abrir el sector gasístico a la competencia.

En el pasado ejercicio el margen neto de explotación del sector disminuyó un 4,6% respecto a 1999, hasta 560.435 millones de pesetas (3.368,28 millones de euros). A pesar de este descenso, el mejor comportamiento del margen financiero permitió incrementar un 1,7% el resultado ordinario y de la actividad eléctrica. Amusátegui resaltó la necesidad de tener en cuenta que el consumo de combustible y las importaciones de energía y compras al régimen especial supusieron un aumento del 28,6% en el año 2000. Además indicó que desde 1997, último ejercicio antes de la liberalización, la rentabilidad de las inversiones en actividades eléctricas ha venido descendiendo continuadamente, alcanzando en 2000 el 5,5%.

El presidente de Unesa reiteró que el sector ha podido mantener sus resultados y dividendos gracias a las aportaciones de los negocios complementarios y por las desinversiones no eléctricas.

 

La desaceleración pasa factura

La desaceleración de la economía, iniciada en el segundo semestre de 2000 y que ha obligado al Gobierno a revisar a la baja la previsión de crecimiento económico para 2001, del 3,6% al 3,2%, está pasando factura también a las compañías eléctricas en forma de menor demanda de electricidad. Así, en los cuatro primeros meses de este año, el crecimiento del consumo eléctrico se ha desacelerado hasta el 2,5%, frente al 5,8% experimentado de media en 2000.

"Debemos tener en cuenta que el menor vigor de la demanda de energía afectará, obviamente, a los ingresos de las compañías", dijo ayer el presidente de la patronal de Unesa, José María Amusátegui, asegurando que en los próximos meses continuará la tendencia descendente de la demanda eléctrica. Con todo, Amusátegui se mostró más preocupado porque se diseñe un marco tarifario "estable", que varíe sólo en función de los costes reales y no por decisiones coyunturales de política económica.

"No podemos permitir que el Gobierno utilice de forma sistemática la rebaja de la tarifa eléctrica para frenar las tensiones inflacionistas porque cada vez que esto ocurre tiene un coste en la cotización y confianza de las empresas eléctricas", añadió.