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MEDIO AMBIENTE

Soluziona desarrolla proyectos para la selección de escombros

Las emisiones nocivas de los edificios empiezan con los primeros escombros, ya que no se separan los materiales peligrosos de los que se pueden reciclar. Pero el desarrollo legislativo de los últimos años en materia de gestión de residuos ha animado a este mercado dentro del sector medioambiental, que es actualmente el segundo en importancia después del de gestión del agua. Y ambos factores han contribuido a movilizar a la consultora Norconsult Soluziona para averiguar si era posible separar los residuos de la construcción y demolición de los edificios para reciclarlos.

El coste de la separación selectiva de los materiales para su reutilización "en el caso de la demolición lo hacen inviable", afirma Maite García, consultora de medio ambiente de la firma y directora de este proyecto de I+D, llamado Germen. Sin embargo, en el caso de la edificación es posible separar los residuos peligrosos (envases de pinturas, disolventes, brochas o pegamentos) y los que, como el cartón o el metal (valorizables), se pueden reciclar del conjunto de los escombros (residuos inertes). Eso sí, insiste García, "siempre y cuando el jefe de obra tenga cierta concienciación medioambiental, para que obligue a los obreros a depositar los residuos en sus respectivos contenedores".

Lo han comprobado, porque han llevado a la práctica esta separación selectiva de los materiales de construcción en dos populosos municipios de Madrid, Getafe y San Sebastián de los Reyes. Aclara García: "No buscábamos una aplicación comercial, pero conseguimos empresas que colaboraron con nosotros, en algunos casos rebajándonos su precio y, en otros, incluso gratis". Entre ellas, las constructoras FCC, Loance y Piñana; la empresa de gestión de residuos valorizables (chatarrera) Reciclajes Felma, y los gestores de residuos peligrosos Safety Kleen y Cespa. Esta última gestiona el vertedero de residuos inertes de San Sebastián de los Reyes, uno de los dos grandes de su clase que existen en la Comunidad de Madrid.

La experiencia se ha traducido en unas Guías para una edificación responsable con el medio ambiente en un entorno natural, que las Administraciones locales se han comprometido a entregar a todos los interesados.

Actuación responsable

Estas guías proponen "un marco de actuación responsable a los constructores", por delante del vacío legal al respecto, que ha propiciado esas improvisadas escombreras en cualquier ladera del campo que degradan el paisaje. Aunque en los países nórdicos sí existe legislación a este respecto, Maite García asegura que esta experiencia no es trasladable a la construcción en España, porque aquí se utiliza menos la piedra y más materiales cerámicos, como ladrillos y azulejos, lo que dificulta su recogida para posteriormente desmenuzarlo y reciclarlo como materiales de relleno. El 85% de los residuos generados son de este tipo.

La Ley de Residuos de 1998 es insuficiente para llamar a la conciencia del constructor. García asegura: "Los materiales inertes de los escombros en el mejor de los casos van a parar a un vertedero".

En la puesta en práctica de la idea de recogida selectiva de los residuos tropezaron, no obstante, con ciertas dificultades. Una de las más importantes fue el espacio insuficiente en ciertas calles para tener contenedores grandes. La solución fue proporcionar "sacos de polipropileno para el material revalorizable". Más difícil resulta sortear las incursiones de los vecinos más cómodos, que depositaban sus basuras en los contenedores de revalorizables. La única medida efectiva fue vallar la zona de obras.

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