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La gran banca agota la vía de emitir preferentes para reforzar su solvencia

La petición del Banco de España a las entidades para que limiten la emisión de participaciones preferentes ha puesto leña en el fuego del debate sobre las vías para obtener recursos y financiar la expansión en nuevas actividades y mercados. Los grandes bancos optarán este año por la realización de plusvalías para obtener liquidez. Las cajas de ahorros lo tienen más difícil y consideran más apremiante que nunca que se regulen las cuotas participativas.

La recomendación del Banco de España a las entidades de crédito para que limiten la emisión de participaciones preferentes ha reavivado el debate sobre las fórmulas de capitalización del sector financiero. Bancos y cajas de ahorros vienen utilizando este instrumento como una de las vías para financiar sus políticas de expansión en nuevas actividades y mercados. Desde 1998 han colocado más de 10.100 millones de euros (1,7 billones de pesetas) de estos activos.

Las participaciones preferentes son activos de renta fija que se comercializan a través de las oficinas de las entidades. Computan como recursos propios de primer nivel, tienen carácter perpetuo y van con cargo al beneficio de la entidad emisora. Las últimas emisiones ofrecían rendimientos superiores al 5%, lo que da idea de su atractivo para los inversores particulares en un contexto de rebajas de los tipos de interés. Y eso a pesar de que la comercialización de estas participaciones sigue sin ser todo lo transparente que reclama el Banco de España. De hecho, en muchos casos los clientes habituales de las oficinas bancarias que las comercializan acuden a estos productos como si se tratase de depósitos a plazo fijo, con gran desconocimiento de las condiciones.

En su intervención ante la asamblea de la CECA, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, criticó la opacidad de estos instrumentos y no descartó una futura normativa para limitar el porcentaje de preferentes sobre recursos propios básicos, aunque por el momento pidió a las entidades "automoderación" para no sobrepasar niveles del 30%.

Por encima de este límite, el supervisor considera que "se plantean incertidumbres sobre la efectividad práctica de estos recursos propios", por lo que, "por su propia seguridad, las entidades deberían reconsiderar su estrategia de crecimiento si ésta supone superar esos topes recomendables".

Lógicamente no todas las entidades se dan por aludidas en igual medida. Datos aportados por el mercado AIAF y los propios bancos y cajas revelan que son pocas las que han hecho uso de estas participaciones preferentes. Pero son precisamente las grandes (a excepción del Banco Popular) las que más recurren a esta vía. Aunque sólo el BSCH supera claramente el umbral mencionado por Caruana, con un 43%, quedan cerca el BBVA (27,6%), Bancaja (28,7%) y Caja Madrid (27,9%).

Bancos y cajas coinciden en que un holgado nivel de recursos propios es una premisa indiscutible para la buena gestión bancaria. La limitación del Banco de España les obligará, por tanto, a buscar otras fórmulas alternativas. Las críticas del gobernador a este instrumento harán que cualquier entidad se lo piense dos veces antes de lanzar una nueva emisión.

En principio, los bancos lo tienen más fácil, ya que pueden recurrir a ampliaciones de capital imposibles para las cajas de ahorros. Pero ésta es una opción que tampoco barajan para este año.

Plusvalías y cuotas

El año pasado los dos grandes, BSCH y BBVA, realizaron significativas ampliaciones de capital con las que acometieron importantes operaciones estratégicas, tanto en Latinoamérica como en Europa. Este esfuerzo inversor, sobre todo en el BSCH, dejó huella en su ratio de solvencia. Por eso este año no se plantean ninguna ampliación, y parece que la realización de plusvalías será uno de los instrumentos fundamental para obtener liquidez y liberar recursos, entre otras cosas, para amortizar anticipadamente los fondos de comercio. Además, el BSCH se plantea nuevas emisiones de deuda subordinada y la venta de activos improductivos. En el caso del BBVA, la realización de plusvalías se destinará a saneamientos.

Para las cajas de ahorros, los mensajes del gobernador hacen más apremiante aún la necesidad de regular las cuotas participativas, un instrumento similar a las acciones, pero sin derechos políticos. El sector espera desde hace tiempo que se clarifique la normativa que les permita realizar las primeras emisiones. El problema es dotarlas del atractivo suficiente para los inversores para que puedan competir con las acciones en los mercados. Pero al mismo tiempo, las cajas temen que si se las dota de derechos políticos, las cuotas participativas serían el primer paso para diluir su naturaleza jurídica.

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