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La mala evolución del empleo en EE UU alienta otra bajada de tipos

Estados Unidos sufrió en abril la mayor destrucción de empleos en 10 años y la tasa de paro subió del 4,3% al 4,5%. Datos que amenazan con ralentizar aún más el ritmo de crecimiento y que, según los economistas, convierte en prácticamente segura otra inminente bajada de tipos de interés.

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos confirmó ayer lo que millones de ciudadanos saben por experiencia propia desde hace meses: la destrucción de empleos es masiva y se extiende a todo tipo de industrias. Y ello amenaza con reducir el consumo privado, que representa dos tercios del PIB estadounidense y hasta ahora ha servido de pilar del crecimiento económico del país.

De ahí que los analistas e inversores de Wall Street hayan recibido los datos de empleo publicados ayer por el Departamento de Trabajo como la confirmación de que la Reserva Federal volverá a bajar los tipos de interés de forma agresiva e inminente.

Cincuenta puntos

Los economistas Stephen Slifer y Ethan Harris, de Lehman Brothers, auguraban hasta hace unos días un recorte de 25 puntos básicos en los tipos interbancarios para la reunión del 15 de mayo.

Sin embargo, tras conocerse los datos de empleo de abril, ellos, como muchos otros, han elevado su previsión hasta los 50 puntos. Lo que colocaría los interbancarios en el 4%. Además creen que habrá otro recorte de 25 puntos básicos en junio.

Alexandra Estiot, de BNP Paribas, también espera un recorte de 50 puntos el día 15 y dice que "ha aumentado la posibilidad de que haya otro recorte de 50 puntos básicos de aquí a mediados de año".

Y algunos expertos no descartan que los gobernadores del banco central vuelvan a dar la sorpresa y actúen de nuevo antes de la reunión oficial.

Estados Unidos perdió en abril 223.000 empleos. Lo que supone la mayor destrucción de puestos de trabajo en un solo mes desde febrero de 1991, cuando el país atravesaba su última recesión. La tasa de paro subió así del 4,3% al 4,5%, colocándose al nivel más alto desde octubre de 1998, en plena crisis de los mercados emergentes.

Los mayores recortes se produjeron en el sector industrial (104.000 puestos menos), que ha eliminado ya más de medio millón de empleos desde junio.

Las empresas estadounidenses han respondido al declive de la demanda con fuertes ajustes de inventarios. Y los recortes de producción se han traducido en despidos masivos en todo tipo de industrias: desde informáticas hasta fabricantes de coches, pasando por químicas y constructoras.

El dato preocupa especialmente porque la pérdida de empleos supone una amenaza mayor para el ritmo de crecimiento económico que el tan publicitado desplome de las Bolsas.

Los economistas estadounidenses, empezando por el banquero central Alan Greens-pan, hablan insistentemente sobre el llamado "efecto riqueza", que consiste en que los ciudadanos compran más cuando la Bolsa sube porque se sienten más ricos. Y anotan que más del 40% de los ciudadanos tiene parte de su dinero en acciones.

Pendientes del cheque

Sin embargo, una abrumadora mayoría sólo posee unas cuantas acciones en su plan de pensiones y sigue dependiendo de sus salarios para sobrevivir. Es decir, que tan pronto como dejen de recibir el cheque salarial semanal congelarán sus gastos. Si esto ocurre, el efecto en el PIB será inmediato: la economía de EE UU creció un inesperado 2% en el primer trimestre y muchos dijeron que ello alejaba la amenaza de recesión. Pero el consumo privado aportó casi todo el crecimiento.

El presidente George Bush recibió el dato de paro diciendo, a través de su portavoz, que está "preocupado" y que lo que EE UU necesita es que se apruebe de inmediato la bajada de impuestos. Pero los economistas no tienen nada claro que ésta sea la solución milagrosa que resuelva esta crisis.

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