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INTERNACIONAL

La lucha política en Turquía retrasa la reforma económica

La recuperación económica de Turquía peligra por la falta de impulso político a las reformas económicas. La Bolsa cerró ayer con pérdidas y la lira siguió depreciándose ante el temor de que las luchas internas en el Gobierno den al traste con la ayuda de 1,85 billones de pesetas prometida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace dos semanas.

Problemas en el Partido Democrático de Izquierda (DSP), liderado por el primer ministro turco, Bulent Ecevit. Las maniobras para deshacerse de su principal rival en la presidencia del partido, la reformista Sema Piskinsut, ha provocado la división dentro de la formación. Los diarios turcos publicaron ayer que las disputas políticas pueden retrasar las reformas económicas, lo que ha causado temor entre los inversores.

El índice ISE National 100 de la Bolsa de Estambul perdió ayer un 0,7% y bajó hasta los 12.008 puntos. Un dólar se pagó ayer a 1.166.500 liras, 17.000 más que el martes. La lira ha perdido ya un 41% de su valor respecto al dólar, desde que el banco central aprobó la libre fluctuación de la moneda el 22 de febrero, en un intento por combatir la crisis económica desatada tres días antes por una pelea política entre el presidente y el primer ministro. Los mercados también están preocupados por el dato de inflación de abril, que se conocerá hoy y se espera que sea cercano al 11%.

Ayuda del FMI

Lo que está en juego es la ayuda económica del FMI. La institución internacional se comprometió hace dos semanas a ayudar a Turquía con un crédito de 10 millardos de dólares (1,85 billones de pesetas). Este paquete es adicional a los 11.000 millones de dólares (unos dos billones de pesetas) que el Fondo aprobó el año pasado.

El ministro de Economía, Kemal Dervis, convenció a la comunidad internacional de las bondades de su programa, que consta de 15 leyes para profundizar en reformas estructurales que dinamicen la economía del país. El Parlamento ha aprobado ocho de esas leyes, pero a un ritmo mucho más lento de lo previsto.

Precisamente ayer se aprobó la ley que liberaliza la distribución del gas natural. El Ejecutivo también ha dotado de independencia al banco central para fijar la emisión y el precio del dinero. Otras medidas de corte liberal son el proceso de privatización de la compañía estatal de azúcar y la libertad para que la empresa pública Turkish Airlines determine los precios de sus vuelos locales. Sin embargo, la privatización de Turkish Telecom, reforma estratégica para atraer a los inversores extranjeros, continúa posponiéndose y los mercados empiezan a inquietarse.

En la misma línea, el Gobierno decidió dar ayer un paso hacia la transparencia económica y anunció que transferirá las pérdidas de los bancos estatales a la deuda pública. Los préstamos subsidiados a la agricultura y a la industria han terminado por endeudar a las entidades estatales, cuyo agujero financiero asciende a 20.000 millones de dólares (3,7 billones de pesetas).

Con esta transferencia, la deuda pública asciende ahora a más de 43.000 millones de dólares (7,9 billones de pesetas). El Gobierno trata de sanear el sistema bancario y ayer afirmó en un comunicado que no permitirá más endeudamientos por la concesión de créditos a bajo tipo de interés.

 

Intensa agenda internacional

de Aznar

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, tiene hoy una intensa agenda diplomática. Por la mañana se entrevistará con el presidente sirio, Bachar el Asad. Por la tarde, la reunión será con el primer ministro turco, Bulent Ecevit.

En la agenda con Ecevit figuran el plan de ajuste económico de Turquía y el ingreso de este país en la UE. Por otra parte, el primer ministro turco acudirá mañana a una audiencia con el Rey, después visitará el Congreso y luego se reunirá con empresarios para informarles sobre perspectivas de inversión.

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