Ibarretxe recuerda el paso de Mayor por Interior para captar el voto joven
Alrededor de 200.000 jóvenes menores de 26 años, 63.000 de los cuales votarán por primera vez en unas elecciones autonómicas, tendrán en sus manos el 13 de mayo la inclinación de la balanza del lado del nacionalismo o del bloque constitucionalista. A ellos se dirigió ayer en Sestao el lehendakari Juan José Ibarretxe.
Ibarretxe puso ayer en la localidad vizcaína de Sestao todo su empeño en mo-vilizar el voto joven. En total hay más de 200.000 electores menores de 26 años, el grupo social en el que con más fuerza anida el abstencionismo.
A ellos les pidió "que no pasen de la política", porque es seguro que no les da igual "tener un lehendakari que un ministro de Interior" como presidente del Gobierno, en clara referencia al candidato popular, Jaime Mayor Oreja. Desde las filas del público asistente al mitin una espontánea gritó: "¡No queremos la Santa Inquisición!", ocurrencia que fue coreada por aplausos de los presentes.
Por otra parte, Ibarretxe dirigió ayer una carta de respuesta al candidato del PP en la que se niega a dar entrada en el debate televisivo al socialista Nicolás Redondo Terreros. El lehendakari recuerda el debate celebrado en las elecciones generales de 1993 entre José María Aznar y Felipe González para refutar a Mayor el argumento de que su oferta atenta contra la pluralidad política y la transparencia electoral.
El PSE dirigió ayer un escrito a la Junta Electoral del País Vasco para que promueva debates entre los principales candidatos, una vez que Ibarretxe ha mostrado la intención, de momento frustrada, de celebrar un cara a cara exclusivo con Jaime Mayor.
La polémica en torno al debate ha servido al PNV para recuperar por unos días la iniciativa en la campaña electoral, después del fuerte protagonismo adquirido por el candidato del PP durante casi toda la precampaña.
ETA emprende una nueva campaña de chantaje a empresarios del País Vasco
ETA ha emprendido en plena campaña electoral una nueva campaña de extorsión dirigida a los empresarios vascos en la que les pide el llamado "impuesto revolucionario" y emplea como procedimiento para amedrentarles colocar en el remite la dirección de un familiar de la víctima del chantaje, informa Europa Press.
En algunos casos se trata de la dirección de un hijo que vive fuera del hogar familiar, y en otros de distintos familiares. Las cartas de extorsión van dirigidas al domicilio del empresario, generalmente destinadas a la esposa.
De esta forma, ETA aumenta el miedo en la familia destinataria, porque da a entender que conoce perfectamente las circunstancias privadas del entorno al que se quiere extorsionar.
En algunos casos, la organización terrorista no se limita a enviar la misiva al domicilio familiar, sino que envía otra copia a la dirección social del negocio del empresario.
La cantidad de dinero exigida por los terroristas varía según la capacidad económica que atribuyen a los extorsionados, variando entre las 500.000 pesetas y los 50 millones.
A los pequeños empresarios o profesionales liberales que han recibido las cartas de extorsión se les exige entre 500.000 y el millón de pesetas. En un segundo tramo, a empresarios medianos, se les demandan entre 8 y 14 millones de pesetas. Finalmente, a industriales con empresas de gran tamaño, ETA les exige entre 25 y 50 millones de pesetas.
La policía sospecha que buena parte de los receptores de las cartas no presentan denuncia.