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Hacienda devolverá 1,2 billones a casi nueve millones de contribuyentes

El 2 mayo comienza el plazo para presentar la declaración de la renta. En total, Hacienda tramitará unos 12 millones de declaraciones. De éstas, 8,8 millones arrojarán un saldo a favor del contribuyente, por importe de 1,2 billones. Hacienda se ha comprometido a practicar las devoluciones en un plazo medio de 30 días.

El secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, dio ayer el pistoletazo de salida de la campaña de la renta con un claro compromiso: Hacienda intentará practicar la devolución del IRPF en el plazo medio de 30 días. El requisito previo e ineludible es presentar la declaración dentro del periodo fijado. Desde el 2 de mayo y hasta el 2 de julio podrán entregar los impresos de la renta los contribuyentes con derecho a devolución. Un poco antes, el 20 de junio, han de presentar y pagar su IRPF los contribuyentes con una cuota positiva a ingresar.

En total, Hacienda prevé recibir 8,8 millones de declaraciones con derecho a devolución, por un importe global de unos 1,2 billones de pesetas. Tanto el número de decla-raciones como el importe a reintegrar a los contribuyentes supera los datos con que se saldó la campaña de 1999. Por el lado de los ingresos, las previsiones también arrojan cifras superiores a las de 1999. Hacienda espera recibir 723.800 millones de pesetas (84.000 millones más que en 1999) correspondientes a 3,2 millones de declaraciones con resultado positivo.

Aunque el sistema de retenciones establecido a raíz de la reforma del IRPF persigue ajustar al máximo la cantidad retenida con el resultado final de la declaración, el importe que Hacienda tiene que devolver a los contribuyentes mantiene una senda ascendente, en concreto un 7,8% más sobre 1999. Según declaró ayer Enrique Giménez-Reyna, esto es atribuible a que en los cálculos de Hacienda no pueden tenerse en cuenta algunas inversiones que disfrutan de deducciones en la declaración y puso como ejemplo la compra de vivienda o las aportaciones a planes de pensiones.

Entre las novedades de gestión, el secretario de Estado destacó la posibilidad de que los contribuyentes cobren la devolución de la renta sin necesidad de domiciliar dicho pago en una entidad bancaria, como así reclamó el consejo de defensa del contribuyente.

El resto de cambios que experimenta la declaración de la renta afecta principalmente a contribuyentes que hayan vendido bienes (se rebaja la antigüedad de la inversión de dos a un año para aplicar el tipo fijo de gravamen que pasa del 20% al 18%) o hayan realizado aportaciones a planes de pensiones (se elevan los límites máximos de la deducción).

La compensación prevista para los compradores de vivienda perjudicados por el nuevo IRPF se mantiene en la presente declaración. Se-gún aclaró Giménez-Reyna, esta compensación ha afectado a 153.000 contribuyentes y le ha costado a Hacienda, 8.300 millones de pesetas. La compensación fiscal por alquiler de vivienda ha afectado a más de 200.000 contribuyentes por un importe global de 10.500 millones de pesetas.

Si las previsiones se cumplen, más de un millón de contribuyentes tendrá su devolución ingresada a finales de mayo. Si en diciembre queda algo pendiente, será por problemas de comprobación o por deudas pendientes de cobro. Para colaborar con el contribuyente, Hacienda mantiene su tradicional programa informático PADRE (se puede descargar de la página de Internet de la agencia o comprarlo por 225 pesetas) y el manual del IRPF en papel (125 pesetas o descarga desde la Red).

 

Impresos más claros y con menos páginas

Según afirmó ayer el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, los impresos para calcular el IRPF son más claros y sencillos este año. Por un lado, se han eliminado páginas (la correspondiente al resumen general para fijar la base del impuesto que, en la práctica suponía volver a escribir datos de páginas anteriores). Y se ha hecho un cambio en el diseño de la casilla que refleja la asignación tributaria a fines sociales o a la iglesia católica para evitar cualquier error a la hora de elegir.

Para presentar el IRPF, los contribuyentes tienen dos tipos de impresos. La declaración ordinaria en el modelo D-100, que cuesta 80 pesetas, y la simplificada en el D-101, por 40 pesetas. A la modalidad ordinaria pueden acogerse todos los contribuyentes y, en concreto, es obligatoria para quienes no puedan hacer la simplificada (empresarios y profesionales o quienes tengan ganancias de patrimonio sin retención, entre otros).

El modelo simplificado, que Hacienda confecciona por teléfono, es para quienes tengan rentas del trabajo (salarios), del capital mobiliario (intereses o dividendos) e inmobiliario (alquileres), imputación de rentas inmobiliarias (segunda vivienda) o ganancias de patrimonio sujetas a retención.

Como novedad, también puede acogerse a la simplificada quien satisfaga anualidades por alimentos a sus hijos en virtud de resolución judicial. Para presentar el impuesto del patrimonio debe utilizarse el modelo D-714.

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