PP y PSE prometen eliminar el clientelismo político en la Administración vasca
Los dos principales partidos nacionales que concurren a las elecciones del 13 de mayo coinciden en ofrecer una ambiciosa reforma de la Administración pública vasca destinada a reducir costes, evitar duplicidades y acabar con el clientelismo político. De ella dependen casi 50.000 funcionarios y maneja más de 800.000 millones de presupuesto.
Si el PP y los socialistas llegaran a formar Gobierno en el País Vasco después de las elecciones del 13 de mayo, no necesitarían ponerse de acuerdo sobre la reforma de la Administración pública en esta comunidad. Ambas fuerzas coinciden en sus respectivos programas electorales en proponer un ambicioso plan que incluye la reducción de costes mediante la simplificación de las estructuras, la eliminación de la burocracia, la racionalización de plantillas y la lucha contra el clientelismo político que, en opinión del PP y del PSE, ha acompañado la gestión del PNV en los dos últimos años y medio.
El programa del PP, presentado el pasado fin de semana por su candidato a lehendakari, Jaime Mayor Oreja, ofrece también modificar las leyes que regulan la retribución de los altos cargos de la Administración vasca, así como la limitación de la libre designación y la introducción de una mayor transparencia en el acceso a la función pública.
La simplificación administrativa que oferta el candidato a lehendakari del PSE, Nicolás Redondo Terreros, incluye también la disminución de altos cargos en las instituciones forales y los ayuntamientos, así como la revisión de la Administración periférica del propio Gobierno vasco mediante un proceso urgente de descentralización interna en toda la comunidad autónoma.
El PSE subraya en su programa electoral que estos objetivos sólo podrán conseguirse si en un proceso regido por la lealtad institucional se establecen fórmulas de delegación a partir del principio de subsidiariedad. En aquellos sectores de la acción pública donde haya responsabilidades compartidas, como es el caso de la política urbanística, el medio ambiente o la investigación científica, los socialistas proponen una acción mancomunada del Gobierno de Vitoria, las diputaciones forales y los ayuntamientos que incluya también mecanismos de financiación compartida.
En el resto de los sectores, el PSE propone la incorporación de mecanismos de consulta entre las distintas instituciones.
Los socialistas hacen hincapié en la necesidad de establecer un calendario de negociaciones con el Ejecutivo central para culminar el traspaso de competencias aún pendientes, con el fin de que el autogobierno funcione a pleno rendimiento. "Activaremos así un proceso que el nacionalismo ha tenido interesadamente congelado para fomentar su victimismo y buscarse coartadas cómodas para justificar sus continuos intentos de superar el marco estatutario", se lee en el programa electoral.
Otra coincidencia clave en los programas electorales de ambos partidos es la política a aplicar después de las elecciones en el ámbito lingüístico y cultural. El PP se propone despolitizar la enseñanza del euskera y ejercer un mayor control sobre las autorizaciones de los libros de texto destinados a la enseñanza. Los socialistas comparten la misma preocupación y se muestran escandalizados por algunos de los libros que llegan a las escuelas vascas. Defienden la revisión del plan general de promoción del uso del euskera, aprobado por el actual Gobierno vasco en funciones en julio de 1998, pues consideran que propugna el monolingüismo euskaldun y lesiona derechos ciudadanos introduciendo de forma cotidiana desigualdades por razón de la lengua.
La redefinición de las funciones del consejo asesor del euskera es otra prioridad contenida en el programa electoral del PSE.
Cajas de ahorros con vocación pública
Los socialistas vascos se comprometen a elaborar, si ganan las elecciones, una ley que fortalezca la vocación pública de las cajas de ahorros en esta comunidad, en la que se sometería a estas instituciones financieras a los objetivos de desarrollo económico que marque el próximo Gobierno que salga de las urnas.
Los redactores del programa del PSE eluden realizar cualquier tipo de referencia a la posible fusión de las cajas vascas, pero se comprometen a desarrollar "mecanismos de vinculación estables" entre éstas y la Administración autonómica, que se articularían a través de convenios.
El PSE propone un "compromiso de corresponsabilidad" de las cajas que compatibilice la autonomía con su fin social.
El Gobierno centra su estrategia parlamentaria en los comicios de mayo
El Gobierno hará girar esta semana buena parte de su trabajo parlamentario en el Congreso en torno a las elecciones vascas del 13 de mayo, mientras que el Partido Popular y parte de los ministros se volcarán también en los preparativos electorales y en la campaña de explicación de la gestión gubernamental.
En la sesión plenaria del miércoles, el diputado guipuzcoano José Eugenio Azpiroz dará pie al Gobierno para exponer el esfuerzo de inversión realizado en los últimos años en Euskadi y, como contraste, la mala gestión llevada a cabo por el PNV en este terreno. Hoy, lunes, el comité de portavoces del PP aprobará un manifiesto en San Sebastián a favor de la revitalización del Parlamento vasco.
Tanto el PP como los socialistas vascos incluyen en sus programas electorales la necesidad de activar el trabajo de la Cámara vasca, dotándola de un reglamento que favorezca la tarea de control al Ejecutivo autonómico. En el manifiesto que hoy aprobarán los parlamentarios populares se hará un llamamiento a la participación electoral.
El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, preguntará en el Congreso de los Diputados a José María Aznar si va a condicionar su relación institucional con el futuro Gobierno vasco a su composición política.