Iparlat obtiene beneficios tras gastar 5.500 millones en su reconversión
Iparlat ha entrado en la senda de los beneficios y ha encontrado en las alianzas estratégicas el camino de la recuperación. La compañía láctea, participada por ganaderos vascos y cántabros, varias entidades financieras y el Gobierno de Euskadi, cerró el año pasado con unos resultados positivos de 285 millones tras varios años de números rojos y gastar unos 5.500 millones de pesetas (33 millones de euros) en su proceso de reestructuración y reconversión.
Pérdidas históricas, inyecciones de capital, muchas de ellas procedentes del sector público vasco, y el cierre de plantas han marcado la trayectoria de Iparlat durante los últimos años. Esta tendencia se quebró el año pasado en la compañía vasca -sólo en 1999 perdió 1.400 millones de pesetas-, que tuvo una facturación de 30.000 millones de pesetas en 2000 con una plantilla en el grupo de 453 personas.
Iparlat, que quiere mantener los resultados positivos, anunció ayer en Bilbao una alianza tecnológica con dos compañías internacionales, la suiza Emmi y la finlandesa Valio, para entrar en el negocio de los fermentos lácteos y de productos biológicos de nueva generación. El pacto le permitirá ampliar su gama de productos y apuntalar su diversificación e internacionalización.
José Manuel Goikoetxea, consejero delegado de Iparlat, aseguró que en una primera fase los productos se importarán desde Suiza. A finales de este año, tras invertir 250 millones de pesetas, se fabricarán en la planta que Iparlat tiene en Pamplona.
Con esta alianza, Iparlat espera captar en España casi un 20% de cuota de mercado de estos productos. Está previsto que en lo queda de año, esta nueva línea de negocio consiga una facturación de 250 millones de pesetas.
Iparlat, con plantas en Urnieta (Guipúzcoa), Pamplona (Navarra) y Renedo (Cantabria), cerró el año pasado un acuerdo con una cooperativa chilena para montar un fábrica de productos lácteos en el país andino.