Los flujos de capitales sufrirán una fuerte caída con relación a los últimos cinco años
Las economías de las naciones emergentes experimentarán serias dificultades debido a la desaceleración económica mundial, de acuerdo con el análisis y las previsiones del Instituto de Finanzas Internacionales (IFI).
Según Charles Dallara, director general de este organismo privado formado por 320 compañías financieras de todo el mundo, las inversiones extranjeras netas en los mercados emergentes en 2001 podrían caer a 150.000 millones de dólares, frente a un promedio anual de 210.000 millones en el periodo 1996-2000.
"Es posible que estemos afrontando el mayor desafío en la economía mundial en muchos años. Diría, incluso, que es el mayor desafío desde la década de los setenta", afirmó Dallara en una carta enviada a los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales que asistirán a la asamblea conjunta de abril del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que comenzará la semana próxima en Washington.
En su texto, el director del IFI, uno de los más prestigiosos institutos de investigaciones económicas internacionales, subraya que "uno tiene que remontarse a los años setenta para hallar un ambiente económico tan problemático".
A su juicio, el ritmo de la recuperación económica de Estados Unidos es muy incierto, los pronósticos de crecimiento de Europa se han revisado a la baja, y existe una grave preocupación sobre la salud económica de Japón, una cuestión que no era evidente hace seis meses.
El lento desarrollo de los países más ricos del mundo perjudicará el aumento de las exportaciones de las naciones más pobres y limitará su crecimiento económico, amén de dictar mayor cautela a los inversores.
Las exportaciones de Indonesia, Brasil y otros países en desarrollo del Asia y América Latina se incrementaron en más del 20% el año pasado, cuando las economías de Estados Unidos y Europa seguían en su apogeo, dijo Dallara a la agencia Bloomberg. Pero, agregó, "tendrán suerte si el crecimiento de las exportaciones se acerca al 5% o al 7%" en todo este año.
Esta visión se basa en una previsión de que la economía estadounidense crecerá apenas un 1,5%, en tanto que la expansión japonesa alcanzaría apenas al 1%, y la de Europa se ubicaría entre el 2,5% y el 3% a lo largo de 2001.
Estos pronósticos, similares a los del FMI, incluyen también una previsión de crecimiento mundial de poco más del 3%, frente al 5% del año pasado.
Dallara indicó que los bancos están reduciendo sus préstamos externos, y que se han replegado sobre los mercados de capitales y los créditos en monedas nacionales. Esto hará que los países emergentes recurran a los mercados internacionales de bonos, aunque éstos se comportan de manera errática. A modo de ejemplo, el financista dijo que las emisiones de bonos de mercados emergentes cayeron de 26.000 millones de dólares en el tercer trimestre de 2000 a 8.000 millones en el cuarto trimestre, para volver a crecer hasta los 22.000 millones de dólares en el primer trimestre de este año. Una volatilidad que está a tono con la situación, dijo.