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Un tribunal respalda el sacrificio de reses sin procedencia conocida

El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura considera en una sentencia que fue legal el sacrificio en 1996 de 14 bovinos hembras por sospechar que procedían de Portugal o Reino Unido, países cuyas cabañas padecían la enfermedad de encefalopatía espongiforme o el llamado mal de las vacas locas. Esta sentencia se publica en el Diario de las Audiencias.

La Junta de Extremadura, según la sentencia, actuó conforme a derecho, habida cuenta de las contradicciones en la inspección realizada en la explotación de un ganadero extremeño. Estas contradicciones ponían, dice el tribunal, "de patente evidencia" que el origen del ganado sacrificado era "desconocido". Aunque una llamada anónima les había puesto sobre aviso de que podían proceder de Portugal.

La resolución judicial para fallar en el sentido expuesto ha considerado el riesgo grave que supondría para la salud pública y para la cabaña ganadera procedente de zonas en las que se ha encontrado la enfermedad comúnmente denominada como de las vacas locas, y los resultados de la inspección realizada por la Administración.

Además también ha tenido en cuenta que los ganaderos no han podido probar lo contrario. A esto hay que añadir la imposibilidad de detectar la presencia de la enfermedad en animales vivos.

Por todo ello, según argumenta el tribunal: "Podemos concluir afirmando que la medida cautelar adoptada en orden al sacrificio de tales animales es una medida con justificado encuadre en la legislación vigente, que autoriza en tales supuestos de peligro grave la adopción de cualquier medida preventiva, incluso el sacrificio, sacrificio que ha de estimarse proporcional al peligro grave que hubiera podido generarse en caso de no adoptarse".

El tribunal, basándose en todos estos argumentos, deniega al ganadero la indemnización que solicitaba por el sacrificio, a su juicio injustificado, del ganado.

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