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Alemania y Austria piden garantías para abrir su mercado laboral al Este

La Comisión Europea se ha hecho eco de las preocupaciones de Alemania y Austria, que exigen un periodo de transición de siete años para la libre circulación de trabajadores de los países del Este tras su ingreso en la UE, según explicó Gunter Verheugen, comisario responsable de la ampliación, tras anunciar que el Ejecutivo comunitario propone un periodo de cinco años, prorrogable a siete, para todos los países candidatos, salvo Chipre y Malta.

El comisario anunció, sin embargo, que después del ingreso de los nuevos miembros, se procederá a "una revisión automática" para determinar si se acorta o se alarga el periodo de transición y reconoció que durante ese plazo de transición, los Estados miembros tendrán libertad para aplicar "sus propias restricciones".

Fueron estas declaraciones las que han motivado la respuesta de Austria, su petición de que se reconozca el derecho de veto si algún país decide reducir unilateralmente los plazos de transición hasta hacerse efectivo el libre tránsito. Alemania comparte con Austria su preocupación por que se produzca una avalancha de extranjeros.

El canciller alemán, Ger-hard Schröder, desea una moratoria de siete años, al considerar que el mercado laboral alemán, con 3,8 millones de desempleados, no puede absorber una oleada de trabajadores del Este. El comisario Verheugen opina que "la hipótesis de que se produzca una avalancha de trabajadores del Este es inverosímil, aunque no puede descartarse".

El capítulo de la libre circulación de trabajadores es uno de los más sensibles de los 30 que negocia la UE con los países candidatos a la ampliación. En cualquier caso, Bruselas asegura que la utilización de este instrumento "no implica ningún tipo de discriminación contra los miembros afectados, sino una determinación para garantizar que la ampliación se realiza de la forma más suave posible", y recuerda que para la adhesión de España y Portugal, la Unión estableció un periodo de transición de siete años, que fue reducido a seis "cuando se probó que el miedo a una avalancha de emigrantes era infundado". La propuesta de la CE de libre circulación de trabajadores es independiente de los plazos de adhesión, para los que todavía no hay fecha.

Por su parte, todos los partidos checos rechazan la imposición de plazos transitorios, ya que éstos implican que los nuevos socios "tendrán un estatuto de segunda categoría". España vincula su respaldo al periodo transitorio a mantener el cobro de los fondos de cohesión.

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