El último propietario de Sintel abandona la gestión de la compañía
Vicente Carretero, hasta ahora responsable del departamento de recursos humanos de Sintel, será el nuevo administrador único de la compañía, en sustitución de Carlos Gila, "quien deja el cargo tras nueve meses de gestión", según un comunicado de la empresa.
Gila compró la compañía al grupo de Miami Mas Tec a principios de febrero por dos euros y presentó un plan de viabilidad que arrancaba con el despido de 1.201 trabajadores de los 1.800 que componen la plantilla de la compañía. Esta operación no convenció a los empleados en huelga y calificaron a Gila de "testaferro de Telefónica", como tampoco les convence ahora este nuevo nombramiento de Carretero, "quien viene del mismo lugar".
La decisión de Gila de abandonar Sintel se produce, según el mismo comunicado, "a raíz de la falta de apoyos existentes para la puesta en práctica del plan de viabilidad de Sintel, así como de las infructuosas gestiones realizadas para encontrar ayudas". Según las mismas fuentes, "Gila conservará la propiedad de la empresa, pero se mantendrá alejado de la gestión de la misma a todos los efectos".
El cambio de administrador único, que no "supone ningún avance" para los trabajadores, viene en un momento crítico para la compañía. Por un lado, Sintel, en suspensión de pagos desde junio de 2000, está pendiente de la decisión del Juzgado número 42 de Madrid sobre su insolvencia la próxima semana. Por otro, tiene abierta una investigación en la Fiscalía Anticorrupción por presuntas irregularidades en su venta por parte de Telefónica al fallecido Jorge Mas Canosa en 1996.
Déficit
Sintel se encontraba con un déficit patrimonial de 9.878 millones de pesetas en el momento de presentar la suspensión de pagos en junio. Según el informe realizado por los interventores judiciales, arrastraría en la actualidad un déficit patrimonial de 20.000 millones de pesetas.
Recientemente, el Ministerio de Trabajo aprobó un expediente de extinción de empleo que afecta a 796 de los 1.818 trabajadores que tiene, en contra del informe de la inspección.
A principios de este mes, Carlos Gila presentó otro expediente de despido a otros 405 empleados. La plantilla, a la que la empresa adeuda nueve nóminas, no se moverá de su campamento, levantado en el paseo de la Castellana de Madrid desde el 29 de enero, "hasta que Gobierno, sindicatos y Telefónica negocien una salida pactada al conflicto".