El jamón de Huelva gana adeptos en el exterior
Una misión alimentaria de países de Europa y América que visita Andalucía ha descubierto que hay artículos menos internacionales que el aceite de oliva, pero igual de buenos.
El jamón de Huelva, el de pata negra cortado en brillantes lonchas y degustado en plena sierra de Aracena, les fascinó a todos, pero fueron los latinoamericanos los que entraron a negociar su precio y sus condiciones de transporte con la intención de venderlo en sus países.
Los 22 importadores iberoamericanos, europeos y estadounidenses que la semana pasada visitaron un total de 55 empresas agroalimentarias andaluzas se vieron sorprendidos por los productos menos internacionales de la comunidad: el jamón ibérico y sus derivados, los licores de Rute (Córdoba) o los vinos de la también cordobesa ciudad de Montilla.
Formaban parte estas empresas de una misión comercial alimentaria organizada por la Comercializadora de Productos Andaluces (CdA), el Icex andaluz, que estuvo también integrada por 10 periodistas argentinos, chilenos, mexicanos, brasileños, holandeses y norteamericanos.
Los periodistas (especializados en alimentación) y las empresas importadoras (proveedoras de las principales cadenas de distribución de sus países de origen) conocían bien los vinos de Jerez, los aceites cordobeses o las aceitunas de Sevilla. Pero no sabían de la existencia de unos caldos criados en la comarca de Montilla-Moriles y que, al paladar, nada tenían que envidiarles a sus vecinos gaditanos, más acostumbrados a trotar por las mesas y restaurantes de medio mundo.
Las bodegas andaluzas de Montilla, todavía muy retrasadas en las exportaciones, se quedaron fundamentalmente en las agendas de los importadores brasileños, mexicanos, argentinos y chilenos. Este grupo se interesó también especialmente, según explica Julio Moreno, director general de CdA, por el jamón de Huelva y los aníses y licores de Rute. Estos últimos productos fueron un auténtico descubrimiento para unos mercados, los latinoamericanos, adictos en algunos casos a los llamados "bajativos" o tragos de licores fuertes que se toman después de las comidas copiosas a modo de digestivos.
Pero cada importador traía bien anotados los gustos de sus consumidores. Los chilenos se apuntaron a los contundentes derivados del cerdo ibérico, mientras que los importadores argentinos se decantaron por sabores más suaves, como el de los jamones blancos de la localidad de Trevélez, en la Alpujarra de Granada.
Aunque los contratos de suministro tardan en fructificar, los primeros contactos registrados con esta misión comercial, según explica Julio Moreno, no pudieron ser más alentadores en estos productos sin apenas experiencia exportadora y desconocidos, con la excepción del jamón, más allá de Despeñaperros.
Empezar a exportar
En esta misma categoría se encuadra otro producto catalogado como prioritario en los programas de apoyo a la exportación de CdA dada su modesta incursión en los mercados internacionales: las conservas de pescados. Este sector, que ahora acaba de apostar por las marcas y los sellos de calidad, está representado en Andalucía por pequeñas empresas familiares volcadas en las ventas locales.
Para ayudar a la internacionalización de estas pymes, CdA incluyó en la misión alimentaria a más de la mitad de los importadores con intereses en productos en conserva, como vegetales, pescados o frutas.
Más previsibles son los resultados que se esperan para productos andaluces ya muy conocidos en el exterior por su calidad como el aceite, las aceitunas, los vinos o el vinagre de Jerez. El grueso de los 22 importadores de la misión cerrará, como mínimo, una operación para sus cadenas de distribución con estos productos estrella co-mo protagonistas.