La semana más volátil del año deja el Ibex sin apenas cambios
El mercado español salió vivo de una semana que pintaba mal. Cayó ayer el 1,13%, con lo que el balance de las cinco sesiones es alcista en un leve 0,22%. La volatilidad ha sido la nota dominante, con variaciones intradía de más del 4%, que, no obstante, quedan pequeñas en comparación con el histerismo del Nasdaq.
Hay quien dice que la alta volatilidad indica cambio de tendencia. El aumento del volumen también suele ser una señal positiva, según la experiencia de los últimos años. Así, se podría sacar una lectura positiva de la semana bursátil, pues hubo un volumen de negocio importante y volatilidad en exceso. Pero el mercado, cansado de ver suelos donde no los hay, es escéptico.
Así las cosas, los inversores apostaron ayer por la prudencia y la Bolsa cerró a la baja. Algo que tampoco debería extrañar, pues el Ibex había avanzado un 3,64% en dos días. Además, al Nasdaq no se le vio intención de repetir la espectacular subida del jueves. De modo que el índice estadounidense terminó la semana, en la que marcó la tercera mayor alza de su historia, con un retroceso superior al 4% en el periodo.
La búsqueda de excusas para dedicarse a la operativa a corto plazo ha sido otra de las marcas de la semana. Un día, una recomendación; otro día, una advertencia de beneficios en el Nasdaq. Cada jornada había una razón para moverse en un sentido o en otro a la caza de rentabilidades a corto. Pero faltan estímulos de verdad.
Como el que podría dar un nuevo recorte de los tipos en Estados Unidos. Pero, aunque el dato de desempleo de ayer retrató la desaceleración y algún miembro de la Reserva Federal comenta que el crecimiento hasta marzo ha sido próximo a cero, la probabilidad de un recorte antes de la reunión del 20 de mayo no es ahora mayor que hace una semana. Además, la confianza ha mejorado, tanto en el consumidor como en el empresariado de EEUU.
A la cabeza de Europa
Pese a ser indiscutible que el Nasdaq mueve los hilos, la Bolsa española se está mostrando en las últimas sesiones más estable, dentro de la volatilidad, que el mercado estadounidense y que otras Bolsas europeas. La menor exposición a empresas de tecnología pura (programas y equipos informáticos o de comunicaciones) deja dormir tranquilo al operador español.
Otro punto a favor de un mercado nacional que, despejados en parte los fantasmas argentinos, está a la cabeza de Europa. En el trimestre y pico que ha transcurrido de 2001 el Ibex ha ganado un 2,4%, un balance desalentador teniendo en cuenta el desastroso ejercicio 2000, pero positivo. En un año la Bolsa ganaría el 10%. Mientras tanto, en otras partes del mundo las cosas han sido mucho más complicadas. El Nasdaq cae el 30%; el Euro Stoxx 50, el 13%, y el Dow Jones roza el 10%.
En resumen, la Bolsa vuelve a cotizar en rango tras un mes de marzo plagado de retrocesos. Recuperados los 9.000 puntos y con más volumen de negocio, los operadores rezan por que llegue el rebote de verdad.
Los valores tecnológicos, otra vez centro de atención
La semana quedará marcada por el 8,9% que subió el Nasdaq el jueves. Que ayer el mismo mercado retrocediese posiciones no quiere decir que este rebote fuese uno más.
La noticia de Dell hizo pensar a más de uno que el riesgo de caer más puede ser menor que el de perderse la recuperación. Todo porque la subida vino provocada por las mismas fuerzas que desencadenaron la última oleada de ventas, esto es, las previsiones de beneficios de las empresas. Dell las mantuvo, y los parqués lo celebraron por todo lo alto.
Así, los valores tecnológicos y los vinculados de algún modo a la nueva economía han vuelto a ser los protagonistas sobre los parqués. Registraron las cotas más altas de volatilidad y dieron las mayores alegrías y los mayores disgustos.
Valga como ejemplo el caso de Terra, que entre máximo y mínimo de la semana osciló un 20%, y cerró las cinco sesiones como el segundo peor valor del Ibex 35 al retroceder un 7,61%. En el lado contrario se ha situado Amadeus, que al avanzar el 3,44% está en el pelotón de cabeza del Ibex. Y Telefónica, siempre sensible a la nueva economía, ha cerrado al alza una semana tranquila para las telecos europeas.