Losal pacta la compra de Ramón Pradera con los socios trabajadores
Losal ha pactado con los trabajadores propietarios la compra de la sociedad anónima laboral Ramón Pradera e Hijos, una compañía vizcaína fabricante de barras y perfiles calibrados. Cuando materialice la operación, Losal, con sede central en Guernica (Vizcaya), se convertirá en un grupo productor de perfiles de acero con unas ventas de 5.800 millones, titular de tres sociedades y casi 200 trabajadores en plantilla.
La compra de Ramón Pradera e Hijos, con se-de en Miravalles (Vizcaya), por parte de Losal está a la espera de la decisión formal que adopten los socios trabajadores propietarios de Ramón Pradera el próximo día 19 de abril. En esa fecha celebrarán una junta general extraordinaria de accionistas para cambiar la figura jurídica de la empresa y convertirse en sociedad anónima, un paso que deberán realizar antes de vender la empresa a Losal.
La compra, en cualquier caso, ya ha sido pactada con la plantilla de Ramón Pradera tras varios meses de negociaciones. La operación per-mitirá a la compañía fortalecerse y entrar a formar parte del grupo Losal, una empresa fabricante de perfiles de acero que va ganando peso en el sector.
En el acuerdo alcanzado entre los trabajadores de Ramón Pradera y Losal se garantiza el mantenimiento de su actual plantilla, que asciende a 45 trabajadores. Además, seguirá el mismo equipo directivo.
Ramón Pradera tuvo en 2000 una facturación de 1.300 millones de pesetas (7,8 millones de euros). El 75% de sus ventas se dirigió al mercado nacional, y el resto, a la exportación.
Su producción se situó el año pasado en 19.000 toneladas, aunque su capacidad de fabricación se eleva hasta las 30.000 toneladas de perfiles de acero calibrado por estirado, dirigidos, fundamentalmente, a los almacenistas de acero. Entre sus clientes se encuentran, también, las empresas de construcción.
Grupo siderúrgico
La adquisición de Ramón Pra-dera e Hijos le facilitará a Losal seguir con su estrategia de expansión, que le ha permitido duplicar su facturación en apenas tres años. Losal, la antigua Laminaciones Ormaechea, con una plantilla de 140 trabajadores y sede en Guernica (Vizcaya), tuvo unas ventas el ejercicio anterior de 4.400 millones de pesetas (26,44 millones de euros), que en un 75% procedieron del exterior.
Losal tiene una producción anual de 35.000 toneladas. Entre sus clientes se encuentran las industrias del automóvil, equipamiento pa-ra ferrocarril, minería, maquinaria textil, agrícola y naval.
El grupo lo componen actualmente, sin contar con Ramón Pradera e Hijos, Losal y Losal Steel Trading, la compañía que se encarga de la comercialización y principalmente de atender los mercados exteriores.
Las sociedades anónimas laborales, categoría empresarial a la que todavía pertenece Ramón Pradera e Hijos, tienen una fuerte implantación en el País Vasco. Los casi dos centenares de empresas pertenecientes a la Agrupación de Sociedades Anónimas Laborales de Euskadi (Asle) tuvieron una facturación de 105.000 millones de pesetas (631 millones de euros) en el año 2000, un 10,6% más que en el ejercicio anterior.
El nuevo propietario tiene historia
Losal, antigua Laminaciones Ormaechea y sociedad que adquirirá Ramón Pradera e Hijos, tiene un pasado, bastante reciente, vinculado a las sociedades anónimas laborales.
Hace apenas tres años, la compañía vizcaína era una empresa controlada por los trabajadores, que se habían hecho con su propiedad tras entrar en 1994 en suspensión de pagos y fallecer su propietario, Marcos Ormaechea. Esta operación supuso cambiar el nombre de la empresa por el de Losal.
En 1998, un grupo de directivos compró su participación a los 80 socios trabajadores. Para financiar su adquisición arriesgaron su propio dinero, recurrieron al crédito y presentaron un plan de negocio a cinco años con crecimientos anuales del orden del 20%. El plan, de momento, ha sido superado con creces. Su facturación en 1997 ascendió a 2.700 millones de pesetas (16,2 millones de euros). En 2000, alcanzó los 4.400 millones. Losal ahora afronta una nueva etapa. Comprará una empresa fundada en 1918 y siempre integrada en el sector del acero, pero que en 1982 se tuvo que convertir en sociedad anónima laboral para salir ade-lante y superar una situación de crisis.